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El coronavirus demuestra que un tercio de los trabajos se pueden hacer desde casa, pero hay un problema

El coronavirus demuestra que un tercio de los trabajos se pueden hacer desde casa, pero ¿cuál es el problema?
De acuerdo al Centro para el Trabajo del Futuro de Australia, el teletrabajo trae muchos riesgos asociados (Fuente: Getty).

Con la pandemia de coronavirus, millones de personas han pasado a adoptar la modalidad de trabajo desde casa, algunas de ellas por primera vez en sus vidas.

El Centro para el Trabajo del Futuro de Australia (AICFW, por sus siglas en inglés) estima que el 30 % de todos los trabajos pueden realizarse desde casa, por lo que es innegable que el trabajo desde el hogar será la “nueva normalidad” en oficinas de cualquier parte.

Pero según un nuevo artículo de investigación de este organismo, este cambio en realidad es una mala noticia y, de hecho, amplía la brecha de ingresos ya existente.

“El impacto de este shock en el mercado laboral se experimentará de forma muy desigual”, escribieron los economistas Jim Stanford y Alison Pennington.

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Quienes puedan seguir trabajando desde casa ya están bien posicionados para superar la crisis del coronavirus, escribió: pueden seguir ingresando dinero mientras se protegen del riesgo que implica entrar en contacto con otra gente.

“En contraste, quienes sigan trabajando fuera de sus casas a pesar del confinamiento general, deben exponerse a un riesgo aterrador para su salud, que es aún mayor, por supuesto, entre los trabajadores de la salud, pero para muchos otros puestos que a menudo son remuneradas con salarios bajos (como empleados de tiendas, conductores o personal de limpieza)”.

De acuerdo a algunos economistas, el modelo de trabajo desde casa comporta varios problemas para algunos trabajos que no se pueden hacer desde casa.

Solo algunos trabajos pueden hacerse desde casa

Según las estimaciones del Centro para el Trabajo del Futuro, quienes trabajan principalmente desde sus portátiles pueden trabajar prácticamente desde cualquier parte.

Más de la mitad de los gerentes, profesionales, administrativos y trabajadores de oficina pueden trabajar desde casa y algunos comerciales y un pequeño porcentaje de trabajadores de TI también pueden trabajar desde casa.

Pero eso significa que los trabajadores con salarios más bajos, como los peones, los conductores, los maquinistas y los trabajadores de la hostelería, no podrán hacerlo.

Los trabajos que se pueden hacer desde casa ya estaban mejor pagados

El modelo de trabajo desde casa que el coronavirus ha dejado como legado hará crecer aún más la brecha salarial, dijeron Stanford y Pennington: para empezar, es probable que los trabajadores más flexibles tengan un salario más alto.

Según el análisis de CFFW, el salario promedio de quienes trabajan desde casa representa un 124% del salario promedio de los que no pueden.

“Esta brecha de ingresos del 24% entre quienes pueden trabajar desde casa y quienes no pueden crea una desigualdad agravada a medida que sigue desarrollándose el coronavirus”, dijeron los economistas.

“En su mayor parte, los puestos de trabajo que pueden pasar a realizarse fácilmente desde casa ‒y que, por tanto, son los que más posibilidades tienen de seguir en activo en lugar de enfrentar un paréntesis o el desempleo‒ ya generaban mayores ingresos antes”.

“En contraste, otros puestos de trabajo son menos flexibles en cuanto a la posibilidad de cambiar la ubicación desde la que se realizan y, por tanto, es más posible que sigan trabajando en lugar de quedar desempleados o que vean reducidas sus horas de trabajo. Dado que antes ya estaban peor remunerados, esos trabajadores ahora disponen de menos recursos personales a los que recurrir”.

Los empleadores podrían actuar de forma injusta

Con una situación en la que la inmensa mayoría de los trabajos de oficina se están adaptando al trabajo remoto, algunos empleadores serán más justos que otros que quieran intentar sacar partido de la inseguridad en el mercado laboral.

“En un clima de desempleo masivo e inseguridad generalizada, el trabajo desde casa podría ser un ‘bautismo de fuego’: los trabajadores se ven obligados a ‘ponerse a prueba’ con más brío que nunca frente a sus empleadores, con la esperanza de conservar sus trabajos en los turbulentos meses que están por venir”, escribieron los economistas.

“Algunos empleadores se aprovecharán de esta sensación de inseguridad para intensificar el ritmo de trabajo y reforzar la disciplina”. Eso podría terminar exacerbando problemas de salud mental ya presentes antes de la pandemia entre algunos trabajadores, los cuales se verán agravados por el estrés de tener que adaptarse al trabajo remoto.

Hay ciertos derechos laborales que tienen que protegerse en este período, incluidos:

  • Los costos de trabajar desde casa para las empresas, incluidos los costos iniciales o los costos de datos, servicios públicos o impresiones.

  • Las consideraciones de espacio, seguridad y ergonomía (no todo el mundo vive en una vivienda en la que pueda tener una oficina o un espacio que garantice un ambiente tranquilo y productivo).

  • Los horarios de trabajo y la disponibilidad (como el desdibujamiento entre los momentos de trabajo y de estar en casa, o el dar por hecho que el trabajador siempre está ‘conectado’).

  • La preocupación por el monitoreo y la vigilancia, como ocurre con el software usado para hacer un seguimiento de la productividad de los trabajadores, el cual puede enviar fotos de la cámara web a los gerentes durante el día.

  • El mantenimiento de un equilibrio entre trabajo y vida, especialmente las obligaciones laborales y las responsabilidades de cuidado.

De acuerdo al artículo, la mayoría de empleados están lejos de poder trabajar desde casa, pero aquellos que pueden hacerlo, deben tomar medidas de protección.

“Es fundamental que hagamos ‘bien’ el trabajo desde casa”, dijeron los economistas.

“Se deben tomar precauciones y apoyar sensatamente a aquellos que pueden trabajar desde casa para garantizar que el trabajo siga siendo seguro y adecuado, y deben recibir personal y apoyo suficiente para realizar sus trabajos, a pesar del estrés y las alteraciones causadas por la pandemia”.

“Esto requerirá que los empleadores adopten un enfoque abierto y que apoye las soluciones de trabajo desde casa: que faciliten cualquier trabajo que se pueda hacer, animen a los trabajadores a que den lo mejor de sí, pero sin un enfoque disciplinario. Y, por supuesto, que respeten la privacidad y la dignidad de los trabajadores, incluso cuando cumplen sus obligaciones desde sus casas”.

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Jessica Yun