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El capitalismo (que conoces) se acaba: ¿por qué y qué viene ahora?

El desarrollo brutal del capitalismo parece estar llegando al final. Foto: Getty Images.
El desarrollo brutal del capitalismo parece estar llegando al final. Foto: Getty Images.

Nuestro sistema económico capitalista lleva vigente varias décadas. Sin embargo, en los últimos tiempos estamos asistiendo a la transformación del modelo como consecuencia de la sobreexplotación y de la escasez de productos. Científicos finlandeses llevan mucho tiempo estudiando todas las posibilidades y sus conclusiones están plasmadas en su Informe Mundial de Desarrollo Sostenible, a petición de Naciones Unidas. ¿Podría eso significar que el modelo está caduco? ¿Hacia dónde nos movemos?

Si hay una cosa clara es que debemos cambiar la manera en la que consumimos los recursos del planeta. Cuando se instauró el capitalismo, el planeta vivía un momento de abundancia de energía y no se pensaba que fuera a agotarse, todo lo contrario. El capitalismo extremo está provocando una sociedad insaciable basada en el consumo. El cambio climático es una de las consecuencias más directas, y no es una broma.

Sus primeras consecuencias se ven en la proliferación de enfermedades, en la muerte de especies animales y en el derretimiento de los polos y los glaciales. Además del agujero en la capa de ozono, que es la recubierta que nos protege de los rayos ultravioleta.

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En 1997, cuando el cambio climático no se tomaba demasiado en serio, se aprobó el protocolo de Kioto, pero no entró en vigor hasta 2005. En 2009, 187 países lo ratificaron. El Tratado intenta reducir las emisiones de gases contaminantes que crean el efecto invernadero, y que a su vez provocan el calentamiento global. Sin embargo, pese a la reiterada petición por parte de organismos internacionales, entre ellos, la ONU, muchos estados ignoran su cumplimiento y continúan con prácticas abusivas.

Oportunidad para el cambio

Los científicos autores del estudio apuntan que hay un periodo de entre 15 y 30 años para reconstruir la infraestructura económica y de explotación, y señalan, entre otros, al sistema de transporte, de energía o alimenticio para conseguirlo.

Para que el planeta siga funcionando durante años, las ciudades deben basar su transporte en vehículos eléctricos. La alimentación tendrá que cambiar. Comemos demasiada carne y eso es insostenible, ya lo sabemos. Así que estos expertos defienden que “los productos lácteos y la carne deberán dar paso en gran medida a dietas basadas en plantas”; además la energía deberá provenir de fuentes renovables, ya sea eólica, geotérmica, solar o hidroeléctrica, que es natural y que se puede generar por medios naturales.

De esta manera, dejaremos de depender de los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural que, a pesar de que muchos países lo ignoren o miren hacia otro lado, son altamente contaminantes.

Algunas empresas están empezando a aplicar ciertos protocolos anticontaminación habida cuenta del problema que se está generando. La Responsabilidad Social Corporativa de las compañías se centra, entre otras muchas cosas, en lograr soluciones sostenibles y en buscar nuevas formas de trabajar en colaboración con el medio ambiente.

Las grandes industrias tienen la última palabra, pero para ello debe existir un compromiso primero de los Gobiernos y también de la ciudadanía, porque todos habitamos el planeta. Es de urgente necesidad explorar nuevas formas económicas para mantener el planeta a salvo. De momento, no hay otro sitio donde vivir.

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