Yahoo Finanzas La economía china se sigue desacelerando en medio de la doble crisis energética e inmobiliaria
PEKÍN.- Jaqueada por la crisis energética y los problemas del sector inmobiliario, la economía china tuvo en el tercer trimestre su ritmo de crecimiento más lento en un año, lo que puso de relieve el desafío de las autoridades para impulsar una recuperación vacilante.
El PBI tuvo una expansión del 4,9% interanual, incumpliendo las previsiones, en un momento en que los intentos de Pekín de frenar los préstamos al sector inmobiliario exacerban las consecuencias de los problemas eléctricos, que devolvieron la producción de las fábricas a niveles vistos por última vez a principios de 2020, cuando estaban en vigor fuertes restricciones por el Covid-19.
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La cifra es inferior a las previsiones de 5% de analistas, y representó una desaceleración desde la expansión de 7,9% en el período de abril a junio.
La segunda economía mundial había experimentado un repunte impresionante de la recesión pandémica del año pasado, pero la recuperación perdió fuerza desde el crecimiento vertiginoso del 18,3% registrado en el primer trimestre.
Bajo la presidencia de Xi Jinping, la campaña para realizar cambios estructurales que aborden riesgos y distorsiones a largo plazo, que incluye enérgicas medidas contra el sector inmobiliario y los gigantes tecnológicos, así como recortes de las emisiones de carbono, está teniendo un precio.
Tras los datos decepcionantes, Barclays recortó su pronóstico para el cuarto trimestre en 1,2 puntos, al 3,5%. Los analistas de ANZ recortaron por su parte su pronóstico de crecimiento del PBI para 2021 al 8% desde el 8,3%.
El dato de un menor repunte del PBI de China impactó en las principales bolsas internacionales, junto con las previsiones sobre el precio del petróleo y un menor crecimiento económico global.
Las autoridades deberán equilibrar ahora el impacto de esos cambios estructurales con medidas que protejan la economía y controlen los riesgos de contagio de la multimillonaria crisis de deuda del gigante inmobiliario Evergrande.
“En respuesta a las feas cifras de crecimiento que esperamos en los próximos meses, creemos que las autoridades darán más pasos para animar el crecimiento, incluida la garantía de una amplia liquidez en el mercado interbancario, la aceleración del desarrollo de infraestructura y la relajación de algunos aspectos de las políticas generales de crédito y bienes raíces”, dijo Louis Kuijs, de Oxford Economics.
Los comienzos de obra cayeron por sexto mes consecutivo en septiembre, la racha más larga de descensos mensuales desde 2015, ya que los atribulados promotores inmobiliarios frenaron la inversión y detuvieron proyectos por los límites de endeudamiento más estrictos.
Por su parte, el sector industrial se vio afectado por el racionamiento energético provocado por la escasez de carbón, restricciones ambientales a grandes contaminantes como las plantas de acero y las inundaciones. La producción industrial general aumentó solo un 3,1% en septiembre frente al año anterior, marcando el crecimiento más lento desde marzo de 2020, en la primera ola de la pandemia.
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Según publicó la agencia Bloomberg, Pekín también indicó que no se apresurará a estimular la economía, lo que sugiere que el crecimiento podría seguir desacelerándose en los próximos meses.
“La economía tuvo diversos vientos en contra, desde la crisis en el mercado de propiedades con las dificultades en torno a Evergrande y otros desarrolladores, una crisis energética que forzó a las industrias a reducir su producción, y un número de rebrotes de Covid-19 que llevó a un endurecimiento de las restricciones”, explicó Jim Reid, de Deutsche Bank.
El levantamiento posterior de las restricciones, no obstante, reactivó al consumo y representó uno de los pocos datos positivos: las ventas minoristas aumentaron 4,4% interanual respecto al 2,5% registrado en agosto.
Agencias Reuters y AFP
