Yahoo Finanzas Cultivar sin tierra ni obreros: la revolución japonesa de la agricultura
La agricultura, del latín agri ‘campo’, y cultura, ‘cultivo’, se define como el conjunto de técnicas, conocimientos y saberes para cultivar la tierra y la parte del sector primario que se dedica a ello. En ella se engloban los diferentes trabajos de tratamiento del suelo y los cultivos de vegetales. Comprende todo un conjunto de acciones humanas que transforma el medio ambiente natural.
Teniendo en cuenta esta definición, podría resultar inimaginable que la agricultura pueda desarrollarse sin las dos partes que la delimitan: ni tierra ni gente que la trabaje. Pero en Japón creen que sí es posible. Yuichi Mori, investigador y propietario de la empresa Mebiol, ha desarrollado una técnica que cultiva sobre una película de polímero hecha de un hidrogel permeable que ayuda a almacenar líquidos y nutrientes.
El investigador se inspiró en las membranas utilizadas en los riñones artificiales para ‘criar’ las plantas. Gracias al sistema que ha ideado, las plantas pueden crecer en la parte superior de la película y las raíces se desarrollan a un lado. Las plantas pueden crecer en altura y no necesitan tierra para desarrollarse.
Por si fuera poco, para su desarrollo se están implantando las más modernas técnicas de monitoreo y riego automático. Con la aplicación de la tecnología se evita tener que hacer uso de mucha mano de obra para su cuidado. Los japoneses tienen ya 120 patentes en distintos países para la implantación de esta técnica que consume un 90% menos de agua que la agricultura tradicional y no utiliza pesticidas ya que los poros del polímero bloquean los virus y las bacterias.
Debido a la escasez de la tierra cultivable y su precio, en Japón las parcelas están divididas en pequeños cercados. La tierra se labra intensivamente: casi todas las granjas tienen maquinaria moderna. Los agricultores japoneses obtienen dos o más cosechas en un año en muchas ocasiones. Aunque los suelos están exhaustos, el elevado uso de los fertilizantes químicos, especies seleccionadas genéticamente y avances técnicos han hecho que las granjas japonesas estén entre las más productivas del mundo. Por esta concienciación, tradición y desarrollo tecnológico japonés, ‘no podía ser otro lugar’ el pionero en inventar esta técnica.
En un mundo con cada vez más personas que consumen más recursos y dónde el agua dulce escasea debido al cambio climático, este tipo de soluciones pueden suponer que muchas personas no mueran de hambre o sed cada día. Vivimos un momento crucial en el que las acciones que llevemos a cabo determinarán la supervivencia de muchas personas.
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