Cuando los campesinos rusos organizaron un revuelta contra la obligación de cultivar patatas

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La ‘Solanum tuberosum’es el nombre de la planta herbácea cuyas raíces producen unos tubérculos redondeados y carnosos que conocemos comúnmente como ‘patata’ o ‘papa’ y que es uno de los principales alimentos de consumo del planeta. Es originaria de América del Sur (los expertos sitúan su aparición en el altiplano andino hace alrededor de ocho mil años) siendo traída al continente europeo, a partir del siglo XVI, por los expedicionarios que hasta el Nuevo Mundo viajaron (el conquistador Pedro Cieza de León consta como el primero en traer la patata a España, en 1551).

Los campesinos rusos organizaron un revuelta contra la obligación de cultivar patatas (imagen vía Wikipedia)

Desde la Península ibérica el cultivo de la patata fue extendiéndose poco a poco hacia otras naciones europeas, como Francia, Reino Unido, Países Bajos, Italia o Alemania, siendo en un principio un producto agrícola muy exclusivo y que tan solo se servía en las mesas de las personas más pudientes (nobleza, aristocracia…) y no se extendió su consumo hasta un par de siglos después.

La llegada de la planta de la patata a Rusia tuvo lugar durante la última década del siglo XVII, bajo el reinado del zar Pedro I (apodado ‘el Grande’), quien las introdujo en el país traídas desde Holanda y mandando distribuir por las regiones agrícolas del país, aunque su cultivo no tuvo demasiada buena acogida por parte de los campesinos, quienes no veían en el tubérculo un producto básico de consumo y, sobre todo, porque el desconocimiento en sobre cómo debían de ser plantadas, recolectadas y consumidas provocó inicialmente que aparecieran numerosos casos de intoxicaciones (provocando enfermos e incluso fallecidos).

Hoy en día nos parece relativamente fácil y, quizás, no llegamos a comprender cómo se podía haber llegado a intoxicar personas por consumir patatas, pero en aquel tiempo no se conocía el tiempo de cosecha y maduración del tubérculo y en ocasiones se había recolectado antes de hora e incluso ya germinadas, de ahí que se produjesen la gran cantidad de las intoxicaciones por su consumo y surgiese un rechazo por parte de los agricultores.

El gobierno imperial ruso veía en la patata un alimento que podría convertirse en una de las bases del consumo de los ciudadanos del país y ayudaría a paliar los periodos de hambruna que, de vez en cuando, aparecía en el país, por lo que en el año 1840 se dictara un Real Decreto por el cual se obligaba a la siembra masiva de patatas a lo largo y ancho de Rusia. Una impopular medida que no fue bien vista por un gran número de campesinos que se opusieron a aquella siembra coercitiva.

Seis años antes (en 1834) ya se había producido disturbios por parte algunos agricultores, ante las primeras muestras de obligatoriedad del imperio a sembrar patatas, pero fue a raíz del Real Decreto de 1840 cuando realmente tuvo lugar una revuelta campesina, que duró cuatro años, y que provocó unos disturbios en gran parte del país que tuvieron que ser reprimidos por el ejército y en el que murieron varios centenares de campesinos (algunos a causa de las propias revueltas pero otros muchos fusilados), reclutados como soldados o exiliados a la fuerza a Siberia, donde tuvieron que realizar trabajos forzados.