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¿En qué consiste la positividad tóxica en psicología y por qué es tan dañina?

A todos nos gusta mostrar nuestros buenos momentos, compartirlos con los demás, enseñar con una foto o un texto lo bien que nos va en la vida y lo divertida que puede ser. Pero ¿es de verdad real? Son muchos ya los expertos que advierten de las consecuencias de este exceso de positividad. Verlo todo 'happy', convencernos de que nada nos va mal, darle demasiadas vueltas a la tortilla para acabar encontrando siempre el lado bueno de las cosas, aunque no sea real, en definitiva, pasarnos de positivos puede acarrear consecuencias. De hecho, esta actitud ante la vida o rasgo de personalidad tiene un nombre: positividad tóxica.

¿Qué es exactamente la positividad tóxica?

Es un término que se asocia a la negación de toda parte emocional negativa. "El sujeto se autoengaña porque omite cualquier emoción que le haga sufrir", nos explica el psicólogo Juvenal Ornelas, de MundoPsicólogos. Y añade que es peligro porque, como seres humanos, existe la parte mala en el mismo grado que la buena. "No nos podemos empeñar en sacarle solo lo bueno a todo, porque no es real". De hecho, cuando una persona se centra únicamente en lo positivo de todo lo que le rodea, no está siendo claro consigo mismo. "La vida tiene momentos donde se debe afrontar y reconocer que se está mal, y sentirlo para poder sanarlo psicológicamente", continúa.

De hecho, se puede decir que estas personas sufren una especie de desconexión con la realidad. "El positivismo tóxico siempre nos dirá cosas positivas en una interacción con él, pero se está autoengañando en sus respuestas", indica que el experto que apunta a la erupción del volcán como un ejemplo de este actitud: las personas están sufriendo un trauma, y nunca se puede sacar lo positivo en términos de "todo saldrá bien" porque eso no es conectar con el hecho real y la emoción real del que lo está pasando mal. Por tanto, se debe combinar en la misma medida objetividad y realismo. A la persona con postividad toxica se le debe dar a entender que igual que existe el blanco tambien existe el negro que lo bloquea y que no existe el uno sin el otro.

¿Qué personas son susceptibles de padecerla?

"Desde mi experiencia, son personas que no quieren afrontar los problemas y solo quieren evitarlos, no quieren sentirse mal. Esas personas que bloquean sus emociones para dejar pasar el tiempo para que, sin hacer nada, se solucionen los contratiempos. Son personas, curiosamente, que acuden poco a pedir ayuda profesional, porque entienden que no les pasa nada relevante y que todo con tiempo y dos frases positivas se tapa", afirma el experto. En general, estas personas que sufren positividad tóxica no han llegado a esta forma de ver el mundo porque han sufrido grandes experiencias traumáticas en su vida, sino todo lo contrario, no han aprendido a gestionar problemas y por tanto, no los enfrentan con los dos polos, negativo o positivo.

Al mal tiempo buena cara, la frase que no deberíamos tomar al pie de la letra

Aunque nos la han inculcado de pequeños y nos han hecho sentir vulnerables o 'débiles' si no hemos sido capaces de sonreír cuando las cosas no nos iban bien, deberíamos aprender a desterrar esta frase de nuestra existencia y darnos el derecho de sentirnos mal cuando la vida se nos pone cuesta arriba. No es saludable intentar, de manera obsesiva, ver solo lo positivo, negando la emoción que se siente en ese momento. Como no lo es utilizar el vocabulario interno que nos intenta convencer de que, en realidad, no estamos tan mal. "Sentirnos mal nos da vida igual que sentirse bien, es un equilibrio emocional necesario. Nadie sabrá cuánto de bueno es algo si no ha vivido lo malo antes. No consigo ser feliz sin haber sufrido antes. Son lecciones en la vida, son cosas que, inevitablemente, vas a tener que pasar. Quedarte con una parte nunca es sano". Darle la vuelta a lo malo para verlo de color rosa es un engaño psicológico grave.

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¿Tienen parte de culpa las redes sociales?

Está muy de moda echarle siempre la culpa a las redes sociales. Y no siempre es así. "Evidentemente en una red social no vas a contar tus problemas ni vas a utilizar esa herramienta social para sacar lo malo que te pasa. Además, el hecho de poner imágenes de rostros y situaciones siempre felices, es positivo, porque como sociedad preferimos ver a personas que están bien a las que están pasando un mal rato. "El problema surge cuando lo convertimos en nuestra forma de vida", advierte el psicólogo. Hay personas que se empeñan en dar la imagen de que todos es 'happy' y su vida de color de rosa. "Crearte y crear una fantasía nunca es la forma de estar equilibrado emocionalmente", insiste. Y nos recuerda que podemos estar días sin mostrarnos en las redes sociales y que no por ello vamos a perder seguidores. Y anima a todos aceptemos que podemos tener días buenos, otros no tanto y otros verdaderamente malos. "La decisión de mostrarlo es personal".

¿Cómo detectar esta 'falsa' positividad?

Es fácilmente detectable porque ante la queja, ante la exposición de un problema, la persona que es una 'positiva tóxica' siempre da la frase típica y tópica: con una sonrisa se ve el mundo de otra manera, todo depende del cómo lo miras, al buen tiempo mala cara, etc... Cuando no demuestra emociones reales negativas o las anula. Cuando muestra una cara que nada tiene que ver con lo que verdaderamente siente. Todo se trata de una pose trabajada. Asimismo, estas personas, en sus relaciones interpersonales no quieren hablar de problemas, no quieren afrontar ningún tipo de discusión porque se rompe su "paz".

¿Qué consecuencias acarrea fingir ser siempre positivos?

Juvenal Ornelas señala que, en su opinión, existen cuatro consecuencias muy claras de este exceso de positividad:

  1. Deterioro de la salud física y mental. El sujeto reprime lo malo y eso aumenta el estrés y la ansiedad. Estar continuamente evitando lo que no se puede evitar produce problemas musculares que como siempre omite y bloquea. Y a nivel mental se desvincula de la realidad pudiendo tener una depresión en cubierta sin dejarla salir.

  2. Aislamiento y estigma. La persona con positividad tóxica crea su propia realidad y no demanda ayuda porque cree que no la necesita. Se crea un mundo y se vive solo.

  3. Problemas de comunicación. Solo utiliza verbalización en una dirección. No afronta conversaciones negativas ni expresiones verbales negativas en su interacción social. Crea un lenguaje único de positividad. Intenta convencer a los demas que vean la vida de color de rosa.

  4. Evasión de la realidad. Es la más grave. Evadirte de una realidad donde pesa igual lo malo y lo bueno nunca es la opción. Uno tiene que ser y sentir todo, en la intensidad y frecuencia que cada uno de nosotros necesita. Ver o no querer ver lo que es real, puede y trae problemas graves a nivel mental.

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¿Cómo librarse de esta positividad tóxica?

Solo hay un camino, la objetividad y la realidad. "Se debe, y es aconsejable, aceptar que todo en la vida puede irnos bien y mal, que si cuidamos nuestra actitud podemos mejorar nuestra percepción de la vida, pero nunca negaremos que existe. Que debemos afrontar los acontecimientos de nuestra vida con la idea de siempre 'para adelante' pero viviendo y sintiendo en el presente todo aquello que nos ayudará a ser mejores y a cometer y aprender el error vivido en el presente. En conclusión, se puede ser una persona que trata de encontrar siempre lo positivo. Pero no se puede caer en los extremos, porque no traen buenas soluciones.