Yahoo Finanzas ¿Son realmente fiables las reseñas de productos en Amazon?
Jaime Quirós – Nos hemos acostumbrado a comprar online. Hemos perdido el miedo a que no llegue el producto o a dar el número de tarjeta bancaria. En general la confianza de la población en que el proceso de compra desde un dispositivo electrónico salga correctamente es cada día más elevado. Y si hay un lugar que genera tranquilidad es ‘dentro’ del gigante Amazon (AMZN). Raros son los casos en los que no llega el producto o no se ofrece al consumidor una solución si ha habido algún incidente.
Pero el aumento de tranquilidad en el pedido no se corresponde con la seguridad de acertar con el producto. Si es normal tener dudas cuando se compra en una tienda física en la que tienes delante la muestra de exposición, el embalaje y un dependiente para aconsejarte, mucho más fácil es no estar seguro cuando compras a través de una pantalla. Y es ahí donde entran en juego las reseñas de otros consumidores. Nos dan confianza y en muchísimos casos son la clave que hace decirnos por uno u otro producto. Pero ¿hasta qué punto son fiables?
[También de interés: “El “efecto ancla”: así nos engañan cuando compramos”].
La envergadura de lo que pueden influir los comentarios externos en la compra es brutal. El 66% de las personas afirma que confía en la opinión digital de otros consumidores casi tanto como en la de su familia y amigos, según el informe Global Trust in Advertising elaborado por la consultora Nielsen.
Volviendo a Amazon, macromercado online más grande del mundo, se puede decir que, según qué productos, los comentarios pueden ser fiables, pero con muchos matices. Demasiados quizá. El problema es que el aumento del comercio electrónico, las redes sociales y la generación millennial han convertido a la opinión en el auténtico generador de valor. Y hay empresas que pagan por esa valoración. Ofrecer dinero por opiniones supone una desvirtualización del mercado.
En algunos grupos de distintas redes sociales se desarrolla un lucrativo mercadeo de opiniones. Y parte de los millones de opiniones que inundan Amazon nacen allí. Anuncios como este son comunes: “Se necesitan reviews. Pagamos por PayPal después de la revisión. Cubrimos tasas”. Normalmente provienen de agencias externas contratadas por los vendedores para no dejar huella de sus fechorías y no recibir así sanciones del gigante de Jeff Bezos.
Esto provoca que haya personas que todos los días publiquen varias reseñas falsas de tono positivo de distintos productos y mejoren la percepción que el resto de los usuarios pueden tener cuando están comparando entre las distintas opciones que barajan. Tanto que algunas personas se ganan la vida sólo dando su opinión sobre productos de Amazon: según Xataka se pueden pagar unos 2 euros por cada opinión positiva.
Incluso no hace falta siquiera que se compren opiniones: también se puede sobornar al usuario real descontento con un producto para que elimine una valoración negativa. Pese a que la normativa en Amazon es rotunda y prohíben pagar u ofrecer ningún incentivo, ni para que deje valoraciones ni para que las retire, algunas empresas ofrecen devolver el dinero al usuario permitiéndole quedarse el producto e incluso mandándole otro compensatorio a cambio de que elimine el comentario perjudicial para los intereses del vendedor.
Vemos que las puntuaciones pueden ser muy relativas. Incluso sin los trucos de algunas empresas, hay que decir que pueden estar desvirtuadas por una sencilla razón: es más fácil que un usuario real con una opinión negativa escriba una reseña comentando su mala experiencia que un usuario real con opinión positiva deje sus buenas sensaciones por escrito. Esto hace que en algún producto se puedan encontrar una proporción mayor de opiniones negativas de las que realmente son.
Al final hay que ser inteligente y analizar críticamente cada producto tratando de detectar si lo que ‘nos venden es la moto o es real’. A veces será muy difícil, pero otras una lectura atenta podrá suponer la diferencia entre acertar o errar. Y si no, siempre nos quedará el instinto para guiarnos.
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