Yahoo Finanzas Qué ciudades se quedarían sin vuelos a Madrid si España obligase a viajar en tren como Francia
Las evidencias del cambio climático han obligado a los Gobiernos a buscar alternativas para intentar contaminar menos. Una de las medidas que están sobre la mesa es la de sustituir los viajes en avión cercanos a otras alternativas más sostenibles como es el ferrocarril.
En este sentido, Francia ha dado un importante paso adelante que puede terminar siendo referencia en el continente: suspender algunos vuelos en el interior del país si se puede hacer el mismo recorrido en menos de 2 horas y media de tren. Una medida pionera que no sería nada fácil de implantar en España, aunque podría acabar con el famosísimo Puente Aéreo.
La conexión aérea entre Madrid y Barcelona por avión es probablemente la ruta más popular en la Península y mueve cientos de pasajeros diarios. La inauguración de la alta velocidad en 2008 dio una alternativa que ha ido ganando adeptos con el paso de los años, ya que comunica ambas ciudades en 2 horas y media en su trayecto más rápido (hay otros con más paradas que llevan más tiempo), así que aplicando la medida francesa este trayecto entraría por los pelos, pero entraría.
Algo similar ocurre con la primera línea de alta velocidad inaugurada en España, la de Madrid con Sevilla, ya que el trayecto más rápido se hace en 2 horas y 21 minutos, aunque la mayoría se encuentran unos minutos después de las 2 horas y media, por lo que también estaría justo en el límite.
En el caso de Málaga, la duración mínima se sitúa en las 2 horas y 33 minutos, lo que dejaría el trayecto fuera de esa ley y seguiría existiendo la conexión por vía aérea.
En lo que se refiere a la costa levantina, su conexión con Madrid sí que se vería afectada. Desde Valencia, por ejemplo, se tarda menos de dos horas en alta velocidad a la capital, aunque también hay que tener en cuenta que su cercanía por carretera (unos 300 kilómetros) hace que el avión no sea tan utilizado.
Lo mismo ocurre con Alicante (el trayecto más rápido es de 2 horas y 16 minutos), pero no con Castellón, ya que el viaje más veloz supera por unos minutos el margen (2 horas y 43 minutos).
Mirando al norte la conexión con Santiago tampoco entraría, ya que actualmente supera las cuatro horas, aunque el proyecto es que ambas ciudades estén a 2 horas y 50 minutos por tren.
Por tanto, la aplicación de esta medida en España, tal y como se plantea en Francia, podría eliminar los trayectos entre la capital y Barcelona, Sevilla, Valencia y Alicante, pero poco más.
Sería necesario ampliar la franja horaria para que realmente se viera un cambio significativo. Cabe recordar que España se ha comprometido para 2050 en ser neutra en carbono, por lo que es de esperar que se busquen alternativas de transporte sostenibles.
Las dudas en Francia
De todas formas este proyecto en Francia ha despertado algunos recelos. La iniciativa se encuadra dentro de un proyecto de ley más amplio sobre el clima y haría que desaparecieran diversas rutas, como por ejemplo las que conectan el aeropuerto de Orly, en París, con Nantes y Lyon.
Fuera sin embargo, quedaría el principal aeropuerto del país, el Charles de Gaulle, ya que la medida no aplica a las rutas que suelen formar parte de un vuelo internacional con conexiones. Si en el caso de España quedara fuera Barajas la medida probablemente no tendría ningún tipo de impacto.
El proyecto galo está siendo muy criticado, ya que también se excluyen tres rutas muy contaminantes y transitadas debido a que superan las tres horas en tren (París-Niza, París-Toulouse y París Marsella).
Si el Gobierno hubiera apostado por un límite de 4 horas, tal y como se llegó a plantear, en vez de 2 horas y media a buen seguro que la repercusión para el clima habría sido mucho más importante porque estos trayectos habrían entrado.
Así pues este acuerdo de mínimos abre la puerta en el futuro a seguir avanzando en lograr una movilidad mucho más sostenible. En los próximos años Europa deberá decidir hacia qué tipo de mundo se encamina y si se va apostando de manera decidida por un transporte menos contaminante para el entorno.
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