¿Boxeador olímpico de Brasil vendiendo pizzas para sobrevivir?

(Bloomberg) -- Cuando el ganador brasileño de la medalla olímpica, Esquiva Falcao, comenzó el 2020, se enfocaba en prepararse para un campeonato internacional de boxeo.

Sin embargo, a medida que el coronavirus se extendía y forzaba el cierre de establecimientos, incluidos espacios deportivos, el atleta de carrera recurrió al negocio de pizza de su esposa para ganarse la vida. Juntos ahora se enfrentan a una economía inestable con una estrategia de publicidad simple: al ordenar una pizza, la estrella de peso mediano la entrega personalmente en la puerta de su casa.

“El que compre mucho puede tomar una foto mía con mi medalla de plata”, dijo Falcao en una entrevista. “Si no peleo, entonces no puedo ganar dinero”.

Falcao es uno de los millones de ciudadanos afectados por la repentina recesión económica de Brasil. El producto interno bruto se encogió en 1,5% en el primer trimestre, según un comunicado del Gobierno el viernes. No obstante, los datos solo capturan el impacto inicial de la pandemia de coronavirus, que ha arruinado las altas expectativas de un avance en el crecimiento luego de años de decepción.

“Estamos hablando de depresión económica en Brasil; esa es la realidad”, dijo Monica de Bolle, miembro de Peterson Institute for International Economics en Washington. “El colapso económico va a suceder”. Estamos viendo un empobrecimiento generalizado de la población”.

Brasil registra el segundo mayor número de casos de virus confirmados del mundo, y aún faltan semanas para llegar al pico del brote en el país. Su impacto en la economía más grande de América Latina ya está adquiriendo proporciones históricas.

Tensión política

Un estímulo es muy necesario pero está limitado por una carga de deuda que se espera alcance al menos 90% del PIB este año, dijo este mes Mansueto Almeida, secretario del Tesoro. Los problemas de la nación también se ven exacerbados por la respuesta fallida de Bolsonaro a la pandemia, así como por los escándalos políticos que involucran a su administración.

En las últimas semanas, Bolsonaro ha endurecido sus críticas a las medidas de distanciamiento social implementadas por los gobernadores estatales y ha aparecido en diferentes tipos de escenarios. Al hacer esto, ignora el hecho de que el virus ahora está atacando en partes pobres del país tan lejanas como la selva amazónica.

Al mismo tiempo, las disputas políticas y las crecientes probabilidades de una crisis institucional con el poder judicial de la nación están distrayendo los esfuerzos para ayudar a la economía.

Las autoridades continúan investigando si Bolsonaro interfirió ilegalmente o no en las operaciones policiales. En un desarrollo dramático, la Corte Suprema ordenó esta semana una investigación sobre algunos de los aliados del presidente por la supuesta difusión de noticias falsas, además de otra investigación sobre el enemigo político Wilson Witzel por supuesta malversación de fondos.

La oficina de prensa de la presidencia de Brasil declinó hacer comentarios sobre este artículo.

En el futuro, Bolsonaro necesitará tanto la confianza política como la de los inversionistas, así como una población sana, para reimpulsar el crecimiento. El banco central de Brasil señaló este mes que es probable que comience una recuperación errática en el tercer trimestre, pero para muchos economistas esa perspectiva sería demasiado optimista.

“El Gobierno puede haber implementado algunas medidas de emergencia importantes, pero no son suficientes y la situación fiscal no permite mucho más”, dijo Rafaela Vitoria, economista en jefe de Banco Inter. “La caída de la demanda causada por la pandemia está fuera de control”.

Nota Original:What an Olympic Boxer Selling Pizzas Says About Brazil’s Economy

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