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Así vigila China a sus ciudadanos (y así deberíamos asustarnos)

¿Cómo puede un gobierno controlar la conducta de sus ciudadanos en 2018? Muy fácil, la respuesta está en Internet- Pero si en Europa y en Estados Unidos tenemos leyes que protegen nuestra privacidad ante los intentos de los Gobiernos de meter las narices en nuestros asuntos –otro gallo canta respect a las empresas- en China no hay límites. Y es allí, en el gigante asiático, en donde se está preparando un sistema de vigilancia enrome que promete controlar por completo a su población.

China no quiere fisgar en la vida privada de sus ciudadanos. No quiere saber a qué hora se meten en la cama ni si ven un determinado programa de la televisión. El Gobierno de Pekín quiere saber si son buenos o no. O dicho de tora manera, si suponen un problema o van a suponerlo en el futuro.

Y para saberlo, está creando un sistema de puntuación para asignárselo a cada uno de ellos. Sí, como si fueran los repartidores de Deliveroo o los conductores de Uber. Cada ciudadano tiene una nota en función de si ha cometido un delito, tiene deudas o si es un buen vecino. También si comenta en determinadas páginas web (y el contenido de sus comentarios), si muestra ciertas simpatías políticas o incluso si consume de manera adecuada.

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Para obtener toda esta información ,el Gobierno Chino simplemente bucea en los servidores de las empresas de Internet que allí operan. En este país no triunfan ni Google ni Facebook ni Twitter: existen versiones de cada una de estos populares servicios, como Goso, Baidu o Weibo. Todas ellas cumplen el principal requisito para poder funcionar: el Gobierno tiene completo acceso a todos los datos que recojan de sus usuarios.

Gracias a esta ingente cantidad de información, el Gobierno puede saber todo sobre sus ciudadanos y establecer el citado sistema de puntuación. Por ejemplo, una mujer que compre pañales tendrá más puntos que una que no lo haga, ya que significa que ha tenido hijos y que está contribuyendo al futuro del país (la época en la que China controlaba la natalidad pasó a la Historia). Y un hombre que compre mucho alcohol puntuará a la baja.

Además de para saber si uno es buen ciudadano o no, el sistema de puntuación puede servirle a un banco para saber si debe o no conceder un crédito a esa persona. O un ayuntamiento puede saber si debe conceder un alquiler social o no a ese solicitante.

La revista The Atlantic especula con que China ya podría estar añadiendo a este megasistema de vigilancia el reconocimiento facial, para saber en todo momento la situación de una persona en un punto concreto, gracias a las cámaras de seguridad a las que el Gobierno tiene acceso. Gracias a esta vastísima red de cámaras, se podría saber si un ciudadano es ha reunido con otro que tenga un perfil de disidente, y de esta forma bajarle la puntuación, o directamente, añadirle a la categoría de enemigo del Estado.

Una tremenda realidad que se asemeja a lo que George Orwell describió en 1984. ¿Podríamos llegar a estos extremos en Occidente?