Yahoo Finanzas Artistas ucranianos | Un lugar en Berlín para poder seguir creando
Más de diez millones de personas han abandonado Ucrania desde que comenzó la guerra. Algunos han vuelto a casa, pero otros se quedan en sus nuevos hogares, tratando de acostumbrarse a vivir en un nuevo país. En Berlín, un grupo de artistas se ha instalado en un colectivo artístico, con el apoyo de organizaciones culturales alemanas.
Sofia Yesakova ha recuperado las ganas de pintar. Esta artista ucraniana llegó a Berlín tras abandonar su país debido a la guerra. Aquí se ha unido a un colectivo de artistas, todos procedentes de Ucrania, lo que le ha ayudado a volver a dar un sentido a su vida y a sus dibujos.
"Durante los dos primeros meses no podía coger un lápiz o un pincel, no podía pensar en nada. Todo parecía inútil y sin sentido porque la guerra estaba en marcha. La gente estaba muriendo, así que ¿qué podía dibujar? Pero cuando llegué aquí dejé de desesperarme y comencé de nuevo a dibujar", explica Sofia.
El colectivo artístico, llamado Comunidad Cultural Ucraniana, se ha creado con la ayuda de organizaciones alemanas.
Aquí viven 18 artistas ucranianos, en un piso de 500 metros cuadrados que antes era un prostíbulo, en pleno centro de la capital alemana.
"Creo que esta es una metrópolis muy abierta. Una ciudad en la que interactúan muchas culturas y también en la que tenemos mucho espacio, espacio para que la gente viva, espacio para que la gente se apoye y se conozca", afirma Sybill Schulz, fundadora del colectivo artístico.
Viktoria Temnova es de Jersón, una ciudad del sur de Ucrania ocupada por las tropas rusas. En su país era una conocida fotógrafa de moda. Aquí, en Berlín, expone fotos de Jersón antes de la guerra, para mostrar a la gente la verdadera cara de su hogar.
"Mi ciudad tiene ahora otro.... otro todo. Sigue siendo Ucrania, pero sin reglas. Ocupada por alguien que solo quería hacer algo violento con su gente", se lamenta Viktoria.
Unos 70 000 refugiados ucranianos están en Berlín. Cada persona trae su propia historia, sus propias penas y sus propias esperanzas.
Los emigrantes y los refugiados siempre aportan algo a los países a los que llegan y, por supuesto, esto no es una excepción. Los artistas que han acabado aquí, en la capital alemana, Berlín, han traído a Alemania su propio arte y su propia forma de ver el mundo.
