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Las trabas administrativas para recuperar el cuerpo de la anciana enterrada confundida con otra en Galicia

La historia de Rogelia y Concepción está aún lejos de finalizar. La familia de la segunda, fallecida por coronavirus en Galicia y enterrada bajo la identidad de la primera tras un error en la identificación, aún espera a que los trámites burocráticos se resuelvan para poder exhumar su cadáver y trasladarlo a su cementerio con una lápida en la que figure su verdadero nombre y poder despedirla.

Ambas ancianas, contagiadas de coronavirus, compartieron habitación y hubo un error al identificar a la fallecida. (Foto: Getty Images)
Ambas ancianas, contagiadas de coronavirus, compartieron habitación y hubo un error al identificar a la fallecida. (Foto: Getty Images)

Según publica eldiario.es, el problema al que se enfrentan ahora lo familiares de Concepción, vecina de Xove, es que aún no cuentan con el certificado de defunción para poder reclamar su cuerpo y darle sepultura de nuevo. Sin ese papel, su pariente sigue figurando como viva. Hasta que no lo tengan no podrá pedir su traslado ni despedirse y ya han pasado tres días desde que se conoció el error en la identificación.

La Fundación San Rosendo, la encargada de la gestión de las dos residencias implicadas en el caso (en la que residía y en la que falleció la anciana), ha asegurado que comunicó al juzgado de Ourense y Viveiro el error de identificación el pasado sábado, en cuanto tuvo conocimiento del mismo.

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Este se descubrió cuando, para sorpresa tanto de los trabajadores de la residencia de Xove como para su marido, Ramón, Rogelia apareció en el centro viva cuando diez días antes, el 13 de enero, se les había comunicado su fallecimiento. De hecho, su cuerpo (o el que entonces creían que era su cuerpo) había sido enterrado.

En realidad, quien descansaba en el panteón no era ella, sino su compañera de habitación, Concepción. Ambas habían sido trasladadas en ambulancia a una residencia distinta a la suya donde la Fundación San Rosendo tiene una planta COVID habilitada para poder aislar a los contagiados y ser atendidos sin riesgo para el resto de residentes.

La fallecida era viuda y su hermano ha contado que llamó en varias ocasiones para interesarse por su estado, según recoge El Confidencial, y que le informaron que se estaba recuperando cuando en realidad ya había fallecido. Modesto Ben, sobrino de Conchita, como conocían a la fallecida sus allegados, esperapoder solucionar las trabas burocráticas esta semana y después estudiarán si denuncian lo ocurrido o no.

Cuando por fin tengan el certificado de defunción en orden podrán pedir la exhumación del cadáver y trasladarlo a otro cementerio, a siete kilómetros de donde fue enterrada. Un último trámite para el que necesitan otra autorización. Desde la Fundación San Rosendo han anunciado, según recoge eldiario.es, que se harán cargo de todos los gastos derivados del error y que están trabajando para que Rogelia no tenga problemas al haber sido declarada muerta sin estarlo y le anulen sus documentos y su pensión.

Demetrio Salgueiro, alcalde de Xove, ha explicado que nadie se percató del fallo en la identificación hasta que Rogelia volvió a su residencia de origen porque, dada la situación sanitaria, los ataúdes de los fallecidos por COVID se entregan cerrados y no pueden abrirse. Por lo que la familia no pudo darse cuenta de que el cuerpo que les estaban entregando no era el de su familiar.

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