Yahoo Finanzas Robots que cotizan a la Seguridad Social: ¿solución para las pensiones?
Jorge Chamizo – El debate está servido. Los robots ya no son los meros protagonistas de las películas de ciencia ficción, están aquí, ocupan ya numerosas actividades a costa del empleo de personas e irán a más. Tanto es así que se ha precipitado el debate sobre cómo afectará este fenómeno a nuestras futuras pensiones y, más allá, a todo el Estado del Bienestar.
Bruselas ha iniciado el debate para que se legisle sobre sobre este espinoso asunto en toda la Unión Europea y plantea por ejemplo la posibilidad de que los robots coticen a la Seguridad Social. Una medida para contrarrestar la pérdida de empleo que deparará la automatización y con la cual se aseguraría la financiación del gasto público, pensiones incluidas.
Esta idea, que cuenta tanto con apoyos incondicionales como con detractores, propone la creación de un estatuto jurídico específico para los robots, para que al menos los que sean autónomos y más sofisticados tengan la condición de personas electrónicas, con derechos y obligaciones específicas.
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Suena totalmente futurista y peliculero ese concepto de persona, y de hecho, con la legislación actual, los robots no podrían estar incluidos en el sistema de la Seguridad Social, ya que el concepto de persona electrónica no existe en el ordenamiento jurídico español, ni en otros países.
Pero lo probable es que esa definición de persona electrónica acabe llegando. Para ello habrá que definir el concepto de persona electrónica. Según la propuesta que maneja la UE, se refiere a aquellas con capacidad de adquirir autonomía mediante sensores o a través del intercambio de datos con su entorno (interconectividad), además de poder analizarlos; capacidad de aprender a través de la experiencia y la interacción; forma del soporte físico de robot; y su capacidad de adaptar su comportamiento y acciones al entorno.
Otros expertos consideran el asunto más complejo ya que a su juicio lo que está automatizando los procesos y reduciendo el número de personas trabajando es la tecnología en su conjunto, pilotada por la inteligencia artificial. Para estos analistas no basta por tanto con aplicar cotizaciones a los robots, sino que hay que cambiar la fiscalidad a toda tecnología que remplace a las personas, creando impuestos especifícos y que se aporte a las arcas de la Seguridad Social más en función del número de personas que se ven relevadas de su trabajo.
La solución, si la hay, no será fácil y da vértigo simplemente pensar en las posibles consecuencias sociales y personales de la nueva revolución tecnológica que vivimos.
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