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Chutes de LSD para rendir en el trabajo: la nueva moda entre los gurús de Silicon Valley

La última moda en Silicon Valley para mejorar el rendimiento laboral nada tiene que ver con el coaching, con la meditación, con el teamworking ni con otro término moderno acabado en ing. Los programadores que trabajan en en esta zona de la bahía de San Francisco, en donde se agrupan las sedes de las empresas más punteras de tecnología de Estados Unidos, se pirran por las microdosis de LSD. Sí, la droga de los hippies.

La revista Wired ha dedicado un extenso reportaje a este curioso fenómeno de los tripis en las oficinas. En él se habla de una trabajadora llamada Lily -no es su nombre real- que se prepara unas cápsulas de setas alucinógenas y  se las toma por la amñana, de la misma forma que el resto de los mortales nos tomamos el café. 

LSD
LSD

 

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¿Las ventajas de esta ingesta? “Me ayudan a estar más concentrada, a pensar de una manera creativa y a manejar mejor el estrés”, asegura esta joven. 

Lo que hace Lily no es nada raro en San Francisco. Al parecer, muchos profesionales están tomando drogas similares para tener un mejor rendimiento en sus puestos de trabajo. No lo hacen todos los días, pero sí una vez cada semana o cada dos semanas.

Si el LSD es consumido en pequeñas dosis -una décima parte de lo que suele tener un tripi, el papel secante en el que suele ser impregnado-, sus efectos no tienen nada que ver con lo que se presupone a esta sustancia: quienes han probado las microdosis aseguran que mejora la concentración, la capacidad de resolver problemas y la reducción de ansiedad. Además de estas ventajas, el LSD mejora la comunicación interpersonal, ya que dispara la empatía de quien lo toma. 

El Dr James Fadiman, experto en LSD, explica que la gente que lo tome en bajas cantidades no experimentará ningún efecto secundario indeseable, y no como pasa con otros psicofármacos u otros medicamentos como el Ritalin, que disparan la concentración. “Quien consuma podrá notar que está teniendo un buen día. Será más comprensivo con el idiota de la oficina”.

Pero a pesar de estas palabras, todavía no se han realizado experimentos que confirmen estas supuestas ventajas de las microdosis. Sí que se sabe el potencial daño del LSD en el cerebro, una sustancia capaz de dañar de manera irreparable partes del córtex o del sistema límbico si se consume en exceso. 

Sin embargo, Fadiman ha estado llevando a cabo sus propias investigaciones en su consulta de San Francisco. En los últimos años, ha suministrado LSD a centenares de personas y a cambio les ha pedido que escriban un diario contando su experiencia. Y según esta fuente de información, los que lo toman aseguran sentirse mejor y resuelven de una manera más creativa los problemas que encuentran en su trabajo. Entre los clientes de Fadiman hay ejecutivos de multinacionales, deportistas y banqueros.

Otro de los entrevistados para el reportaje es Daniel, un empleado de una firma de análisis de negocios que compra sus dosis de LSD por Internet y las toma con sus pastillas multivitaminas. “Ya lo tomo como una especie de café mágico. Me ayuda a manejar mejor los proyectos más complejos, esos en los que tengo que tener varias variables en la cabeza a la vez”.

Pero aunque todos los entrevistados se muestran muy efusivos sobre los efectos positivos, su ánimo decae cuando se les menciona los posibles problemas que en un futuro puedan tener en su cerebro por consumir LSD. “No hay estudios sobre el tema. Y si los hubiera y fueran claros, dejaría de tomar la droga. Pero como no los hay, seguiré haciéndolo", asegura un desarrollador de software llamado Blake.