Ir de compras por el metaverso: cuánto cuestan allí los productos de Nike o Gucci
Los marketplaces del universo permiten adquirir objetos y elementos digitales
Desde terrenos digitales para construir hasta tenis o ropa para tu avatar
Ediciones especiales de productos de Nike o Gucci cuestan miles de dólares
¿Estaría usted dispuesto a invertir el equivalente a US$ 186.000 en la criptomoneda ethereum por unas zapatillas que no puede usar en la vida real? Pues eso es lo que tuvo que pagar quien quisiera hacerse con una de las veinte mil unidades disponibles de las Nike Dunk Genesis Cryptokicks, lanzadas en el marketplace Opensea en abril de este año en versión NFT para lucirlas en su avatar en el metaverso.
Lejos de lo extravagante que pueda parecer esta cifra, el lanzamiento de esta versión de zapatillas por parte de Nike reafirma una tendencia que evoluciona de forma acelerada: la posibilidad de acceder a cientos de productos o servicios en NFT en este universo digital que muchos aún ven distante, pero que en realidad cada vez es más "terrenal".
Los distintos marketplaces habilitados en este universo, entre ellos los más populares como Decentreland y Opensea, permiten adquirir objetos y elementos digitales como vestuario, calzado, bienes raíces, cursos educativos, música, imágenes, piezas de arte, joyería y relojería, juegos, nombres de dominios para mundos virtuales, y otros accesorios más exóticos como peinados, emoticones, entre muchos otros.
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¿Cuánto valen las cosas en el metaverso?
Si un usuario desea hacer un microcurso con una duración desde una semana hasta cuatro meses en Metaverse University, una institución que se presenta como la primera universidad exclusiva en el ambiente del metaverso y que fue creada por la empresa Horizon Metaverse en alianza con Nubi.City, puede invertir desde 300 euros, unos 312 dólares. Esta abrió sus oficinas virtuales en mayo, aunque su concepto es híbrido y pronto tendrá instalaciones físicas en Barcelona y otras ciudades de España.
De otro lado, los usuarios pueden acceder a lotes de "terrenos" que se negocian no por metros cuadrados, como sucede en la vida real, sino en pixeles cuadrados para construir edificios, casas, oficinas y en general cualquier estructura que acoja a sus avatares. Estos están llegando a pagar hasta US$13.000 como tarifas promedio, aunque se han conocido negociaciones como la de Republic Realm, una firma inversora que en 2021 compró un lote de Atari SA en US$ 4.3 millones en The Sandbox, que es considerada una de las cifras más altas que se ha pagado por un terreno virtual.
En el marketplace de Decentraland es posible "mercar" productos como unas zapatillas Spaz Gang "Core Balance 7D" para ambos sexos en 50 polígonos (una plataforma de escalabilidad de la criptomoneda Etherum), es decir unos US$ 31 a la cotización del jueves 9 de junio; unas pantuflas Lilac a US$ 1.26; un anillo a US$ 5.67 o un reloj a US$ 1.26.
Y hay más: esta plataforma permite elegir hasta vestimenta casual e informal para los avatares de los usuarios. Una chaqueta de traje RGB con pantalón negro y camisa negra de MrDhingia cuesta 12 polígonos (UD$ 5), y una camisa negra con pantalón RGB por 10 polígonos (US$ 4), el mismo precio por el que es posible adquirir unos pantalones estilo militar y una botas marca MW.
Por su parte, en Opensea están disponibles accesorios como el videojuego MLB Champions, cuyo valor es de 0.005 ethereum -ETH– (unos US$ 6), o una experiencia de moda colaborativa que ofrece Lacoste por 0,17 ETH (US$ 205), llamada Lacoste UNDW3.
Recientemente Gucci y Superplatica lanzaron una colección "ultralimitada" de NFT y, además, la primera marca vendió en Roblox una de sus carteras, Dyonisus, en US$ 4.000, superando el valor de US$ 2.500 que tenía su versión real.
"Un mundo en formación"
El salvadoreño Rodolfo Salazar, experto en marketing en el metaverso, señala que este universo aún está en formación, y lo que estamos viendo en la actualidad es tan solo el principio de un ecosistema que se seguirá robusteciendo en los próximos años.
Señala Salazar que los diferentes mundos virtuales que existen allí, como Fortnite, Roblox, Second Life, entre otros, tienen sus propias economías centralizadas, basadas en su dueño o fabricante. Pero a la par de esto están surgiendo muchos otros mundos que operan de forma descentralizadas, donde hay unos dueños, pero son los mismos usuarios los que determinan su presente o su futuro.
Las diferencias entre unos y otros, dice, es que en los primeros las ganancias se las llevan los dueños, en tanto en los segundos la economía se reparte entre todos los participantes.
Salazar plantea que quienes más están invirtiendo en el metaverso son los fabricantes y los dueños de los mundos virtuales, como Meta, Google, Microsoft, Apple, Nike, entre otras compañías, atraídas por el interés que tienen los usuarios de acceder a un mundo espejo en el es posible extender la realidad en otros escenarios.
Además, las posibilidades que brinda el blockchain de poder hacer NFT o versiones similares a un concepto en la vida real, y ponerles precio en su versión del metaverso, hace más atractiva esta inversión, ya que en su concepto prevé que estos artículos, al estar certificados por esta tecnología, harán que al haber escasez, suban su valor.
Por su parte, Domingo Betancur, experto en marketing digital, sostiene que la pregunta de cuánto cuestan las cosas en el metaverso es la misma que se puede aplicar en el mundo real, pues es posible adquirir un par de zapatillas de una marca reconocida en su versión económica y también en una colección ilimitada.
Sin embargo, en las plataformas transaccionales de este universo hay un factor clave que incide en los valores: qué tanto invierten las comunidades en los distintos proyectos y qué tanta popularidad les inyecten.
"Hace un año y medio solo se veía a un grupo de cuatro o cinco personas interesadas en hacer cosas de moda digital aplicable a zapatillas, por lo cual adquirirlos salía casi gratis. Ahora algunas de esas piezas no bajan de los US$ 3.000 o US$ 4.000", sostiene Betancur.
También depende del perfil que tenga el usuario. Cuando son visitantes, las compras les salen muy económicas ya que les son ofrecidas en sus versiones más básicas, peor cuando ya son más especializados las cifras crecen. Sucede, dice, en el caso de los espacios inmobiliarios virtuales, cuyos precios están "por las nubes" producto de la especulación, ya que se piensa que "esto va a ser la nueva utopía, hay terrenos de más de US$ 1 millón".
El metaverso es un mundo por explorar.