Por qué estos son los peores aeropuertos del mundo para The Economist

Es literalmente la sala de los horrores. Los aviones casi siempre llegan con retraso, la sala de embarques no tiene ni baños ni comida y además prácticamente todas las sillas para sentarse están rotas. Para colmo, el escáner casi nunca funciona, por lo que la seguridad a la hora de encontrar armas escasea, y la limpieza es bastante cuestionable (Wikimedia Commons).

La extorsión está a la orden del día porque incluso se sabe que algunos empleados han colocado balas en el equipaje de los pasajeros para conseguir sobornos a cambio de que el sorprendido viajero no termine arrestado (Wikimedia Commons).

Promete estar cerca de Londres, pero lo cierto es que la distancia es considerable. Llegar a él, con los atascos que suele haber,
ocupa un buen rato (Wikimedia Commons).

Se trata de un aeródromo moderno y funcional, pero el principal problema es que suele haber tantos peregrinos en su camino a La Meca que suele estar completamente desbordado, haciendo muy difícil cualquier actividad (Wikimedia Commons).

Los robos en este aeródromo son silenciosos pero continuos.
Los funcionarios se dedican a abrir continuamente los equipajes y en ocasiones desaparecen cosas de mayor o menor valor (Wikimedia Commons).

La valla que rodea al aeropuerto ha sido arrancada, por lo que es habitual encontrar gente en la pista de aterrizaje, con el evidente riesgo que eso conlleva. Se encuentra a medio camino entre un campo de refugiados y la ciudad, por lo que el tránsito de personas es continuo (Wikimedia Commons).

El principal contratiempo que puede aparecer en suelo chileno es las reglas que a veces imponen los funcionarios. El corresponsal de The Economist relata que una vez fue interrogado durante horas por no declarar una bolsa de almendras, incluso sufrió amenazas de arresto (Wikimedia Commons).

Si vas con prisa, probablemente pierdas tu avión porque los funcionarios de este aeropuerto se dedican a trabajar más lento con la esperanza de que los apurados viajeros les den una propina. Si además les das un dólar ni siquiera van a revisar tus maletas (Wikimedia Commons).

Al menos dos veces son las que el equipaje de mano va a ser registrado. Además hay que tener cuidado con los paneles de información porque en ocasiones muestran información equivocada. Un restaurante de comida rápida es el único lugar con asientos (Wikimedia Commons).

Evidentemente un régimen totalitario tiene algunos vicios como por ejemplo que en el avión te pongan música entusiasta sobre el Gobierno o que te den periódicos con la cara de Kim Jong-il en la portada (Wikimedia Commons).

El corresponsal de la revista lo describe como “sombrío, mugriento, estrecho y con una comida espantosa”. Además solo conecta con Bruselas con un autobús que sale cada media hora y que suele estar lleno de gente, por lo que la espera normalmente se eterniza (Wikimedia Commons).

En uno de los países más poblados del mundo, el trajín de personas viajando es tremendo y los empleados revisan una y otra vez los equipajes y los documentos. No importa si apenas unos metros antes ya has enseñado todo (Wikimedia Commons).

Los exhaustivos controles fronterizos de los aeropuertos estadounidenses hacen muy difícil tener una experiencia agradable en ellos. Este en concreto es especialmente tedioso y hace que las posibilidades de perder una escala se multipliquen (Wikimedia Commons).

Es moderno y cómodo, pero tiene un gran problema desde hace años. Su nueva terminal tenía que estar lista desde hace más de un lustro, pero a los viajeros de momento les toca seguir esperando (Wikimedia Commons).