Los electrodomésticos que más energía consumen

Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), más del 30% del consumo eléctrico doméstico se realiza con electrodomésticos que habitualmente están en la cocina. En términos generales, el frigorífico consume un 18% de la energía del hogar, la televisión un 10%, la vitrocerámica un 9%, la lavadora un 8%, los pequeños electrodomésticos como la plancha un 7% y el microondas, secadora o lavavajillas, un 2% en cada caso.
Con información de EFE/Consumer/Reuters

Apagar o desconectar los aparatos que no se están utilizando; disponer de electrodomésticos de bajo consumo; intentar disminuir el gasto innecesario con unos hábitos de uso responsables; y buscar la modalidad de suministro eléctrico más adecuada a las necesidades de cada hogar son las principales reglas que hay que tener en cuenta para preservar el medio ambiente y conseguir un ahorro significativo en el importe doméstico de la factura de la luz.

Son electrodomésticos de uso habitual, y en algunos casos de primera necesidad. No se puede prescindir por ellos. Además, cada vez son más necesarios, por lo que optimizar su funcionamiento se antoja fundamental. Hay varios pasos a seguir para ahorrar en la factura de la luz. Hay que acostumbrarse a apagar los dispositivos cuando no se usan, utilizar ladrones y adaptadores o exprimir al máximo la capacidad de algunos electrodomésticos.

En cuanto a las pantallas y los monitores de ordenador, hay que procurar elegir los de cristal líquido o LCD, ya que gastan menos que los de tubo de rayos catódicos. El televisor consume un 12,2% de la energía doméstica y los ordenadores un 7,4%. Por ello, mientras no se están utilizando, es conveniente tenerlos apagados.

La nevera es el electrodoméstico que más energía consume del hogar, con un 30,6%. Están organizados por clases de energía, los de gama alta, por encima de A tienen un precio superior pero ahorran hasta un 45% de energía al año, si se utiliza correctamente y la inversión se recupera rápidamente. Para ahorrar aún más en el consumo hay que aprovechar que se abre la puerta para sacar o meter varias cosas a la vez y no introducir alimentos que estén aún calientes.

Consume la mitad de energía que un horno eléctrico tradicional, ya que no necesita precalentamiento. Para ahorrar más energía aún, hay que mantenerlo alejado de fuentes de calor y de los demás aparatos de la cocina.

Si no tienes un tendedero en condiciones muy probablemente tendrías que optar por comprar una secadora. Partiendo de la base de que que es un aparato con un elevadísimo costo energético hay que decantarse por los de clase A, con lo que puedes ahorrar hasta 150 euros en tu factura eléctrica anual. Para utilizarla correctamente, siempre que la uses llénala al máximo, marca el programa centrifugado y mantén limpios los filtros.

Si el clima es bueno, hay que aprovechar la luz del sol para secar la ropa y no encender la secadora, que es uno de los electrodomésticos que más luz gastan. Asimismo, es conveniente centrifugar la ropa al máximo en la lavadora para ahorrar energía durante el secado, y ponerla por la noche. La secadora supone un 3,3% del consumo eléctrico doméstico.

Una encimera de inducción cocina más rápido y consume menos que la vitrocerámica. La vitrocerámica consume hasta cuatro veces más que una cocina de gas La cocina es el equipamiento de un hogar medio que más energía consume. Concretamente, el 7,4% del total. Para ahorrar energía, hay que aprovechar el calor residual de la cocina eléctrica o vitrocerámica, apagándola cinco minutos antes de finalizar un guiso.

Evitar lavar los platos a mano y además consumir poco es más sencillo si optas por un lavavajillas del grupo A o superior. Este modelo puede hacerte ahorrar unos 40 euros al año. Como consejos adicionales para un buen uso: nunca pongas el lavavajillas en marcha hasta que esté completamente lleno, deja los platos en remojo antes de meterlos, mantén los filtros limpios y desactiva la opción de secado automático.

Supone el 6,1% de la factura eléctrica. Además, si no es de carga regulable, debe usarse cuando esté lleno y a temperaturas moderadas o bajas, ya que la mayor parte de la energía se utiliza para calentar el agua. Encenderlo en horario nocturno y con programas de media carga permite un gran ahorro de agua y energía.

Es uno de los electrodomésticos que más utilizamos en casa y es el que consume más. En promedio, entre 1800 y 2200 watios. Cuando está en uso, el secador de pelo consume dos tercios de la energía que tenemos en casa. No hay clases energéticas para el secador de pelo, pero el uso de un tipo de secador respetuoso con el medio ambiente permite ahorrar hasta un 40% de la energía.

La lavadora supone un 11,8% del gasto energético del hogar. A la hora de elegir tu lavadora tienes que centrarte en la clase energética. Las bandas de color verde (A, A +, A + +, A + + +) probablemente cuesten más en el momento de la compra pero permiten un ahorro considerable cuando utilizamos en comparación con los de la banda inferior (B, C, etc), y se deben tener en cuenta sobre todo si la utilizamos con frecuencia. Una lavadora con gastos de consumo de energía baja en promedio son 44,50€ de ahorro al año en tu factura. Además, también permite el ahorro de 50% de agua, especialmente si se usa correctamente.

Se recomienda no abrir el horno de forma innecesaria mientras está encendido, ya que, cada vez que se abre la puerta, se pierde un mínimo del 20% de la energía acumulada en su interior. Además, el horno consume un 8,3% del total de la factura energética del hogar, por lo que hay que intentar cocinar de una vez el mayor número de alimentos.

Son electrodomésticos de uso habitual, y en algunos casos de primera necesidad. No se puede prescindir por ellos. Además, cada vez son más necesarios, por lo que optimizar su funcionamiento se antoja fundamental. Hay varios pasos a seguir para ahorrar en la factura de la luz. Hay que acostumbrarse a apagar los dispositivos cuando no se usan, utilizar ladrones y adaptadores o exprimir al máximo la capacidad de algunos electrodomésticos.

Suele estar integrado en la misma estructura que la nevera. Deberíamos colocarlo en los sitios que menos calor haga en la cocina, lejos de fuentes de calor y otros aparatos. Los modelos son más eficientes en horizontal, ya que dispersan el aire menos frío cuando se abren.

Se debe utilizar la calefacción y el aire acondicionado a temperaturas moderadas y solo cuando sea necesario. El aire acondicionado es un electrodoméstico que consume mucha energía (un 2,3%), por lo que conviene encenderlo a temperaturas superiores a los 24ºC y cerrar bien puertas y ventanas para que sea más eficaz el proceso de refrigeración de la vivienda. Asimismo, es recomendable colocar el aparato de tal forma que le dé el sol lo menos posible y donde haya buena circulación de aire. Por su parte, la calefacción eléctrica supone un 7,4% del consumo. Los acumuladores almacenan el calor necesario para el día siguiente, durante la noche y parte de la mañana, cuando el precio de la electricidad es más barato.