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La copa menstrual

Supe de la copa menstrual hace unos meses, a través de un anuncio pegado en el baño de la universidad: "Copa menstrual. Ecológicas, prácticas, económicas, totalmente higiénicas. Contacto...". Estaba tan feo el letrerito que ni caso le hice. Semanas después, algunas amigas en facebook comenzaron a postear esporádicamente imágenes y comentarios al respecto. Picada por la curiosidad, me puse a buscar cómo funcionaban y por qué, si eran tan maravillosas, casi no se hablaba de ellas.

Foto: Greencolander en Flickr
Foto: Greencolander en Flickr

Lo primero que me encontré es que hay cerca de diez marcas circulando en el mercado, las más conocidas son MoonCup, Lunette, LadyCup y Divacup. Resulta que desde inicios del Siglo XX se habían diseñado prototipos, pero no fueron comercializados masivamente debido a su elevado costo y, sobre todo, a los tabúes sobre la menstruación. A fines de la década de los 70 se hicieron copas de látex y comenzaron a popularizarse poco a poco, pero su mayor desventaja estaba en que algunas mujeres son alérgicas al látex. Actualmente están fabricadas con silicona quirúrgica certificada por la FDA y otras asociaciones médicas internacionales.

Como su nombre lo dice, se trata de una copa de silicona flexible que se introduce en la vagina durante los días de sangrado menstrual. A diferencia de los tampones, la copa no absorbe el flujo sino que lo retiene. Al cabo de algunas horas, (varía según el flujo de cada persona), se extrae la copa, se vacía el contenido, se lava con agua y jabón neutro y se reutiliza.

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Ventajas

Foto: Zane Selvans en Flickr
Foto: Zane Selvans en Flickr


Más saludables. Debido a que las compresas y los tampones están hechos con fibras de plástico o de algodón, tratadas e incluso perfumadas con químicos, pueden provocar alergias y cambios en el delicado pH de la vagina. Su uso está asociado a problemas como sequedad vaginal, candidasis, alergias, variaciones en el pH de la vagina y síndrome de shock tóxico. Las copas menstruales, al estar fabricadas con silicona quirúrgica, no producen ninguno de los problemas anteriores pues se trata de un material completamente atóxico, inalterable, inodoro, antiadherente, hidrófobo, hipoalergénico y esterilizable.

Más económicas. El gasto promedio mensual de tampones o compresas desechables es de $10 dólares. El precio promedio de una copa es de $20 dólares y su tiempo de vida útil es de uno hasta cinco años, dependiendo de la marca y el cuidado. Eso nos da una comparativa de $260 dólares (compresas/tampones) frente a $23 dólares (copa) cada dos años.

Más ecológicas. Las toallas femeninas tienen casi los mismos materiales que un pañal desechable, por lo tanto pueden tardar entre 100 y 400 años en degradarse, lo que no significa que se reintegren al ecosistema. Los tampones no contaminan tanto, pero su fabricación implica el uso de químicos que dañan el agua y el subsuelo. Un estudio realizado en Canadá mostró que una mujer a lo largo de su vida llega a utilizar cerca de 10,000 compresas o 7,000 tampones. Las copas menstruales, en cambio, son reutilizables y su fabricación contamina muy poco. Durante el periodo menstrual, basta lavarlas con agua (si es posible, con jabón neutro), y al final del periodo sólo hay que hervirlas para esterilizarlas.

Más cómodas. Tengo amigas que las usan desde hace tiempo. Lo que me cuentan es que la sensación es prácticamente nula, que incluso se sienten menos que un tampón. Quizás la mayor ventaja es que la copa se puede utilizar durante la noche y al hacer deporte. Al contacto con el canal vaginal, el borde de la copa hace una barrera hermética, por lo que no produce escurrimientos en ninguna posición. Dependiendo del flujo, se puede usar la copa hasta por 12 horas. Casi todas las copas tienen un "tallo", puede cortarse a la medida para que resulte más cómodo.

Es muy fácil colocarla, en este enlace hay un video que lo explica con detalle.

¿Desventajas? Las hay, pero todas se resuelven con la práctica.

1. "No puedo enjuagarla en un baño público". Lleva en tu bolsa una botellita de agua y úsala cuando sea necesario. También puedes limpiar la copa con papel higiénico.

2. "Cuando quiero extraerla se produce un efecto de vacío". Como se ve en el video, hay que presionar la base de la copa y sacarla con movimientos laterales.

3. "Tanto contacto con las manos es antihigiénico". Sea cual sea la opción que elijas (compresas, tampones o copa), recuerda que sobre todo durante el periodo menstrual, debes lavarte muy bien las manos con jabón ANTES y después de ir al baño.

4. "Imposible vaciar la copa en el baño de un bar". Al optar por la copa menstrual no firmas un contrato de fidelidad, nadie va penalizarte si no la usas de vez en cuando. Si vas a salir y no sabes las condiciones del lugar, siempre puedes optar por alternar el uso de la copa con tampones o compresas.

5. "Me cuesta trabajo ponérmela". Ninguna mujer que yo conozca supo cómo ponerse un tampón a la primera. Tampoco encontró la compresa ideal a sus necesidades en su primera menstruación. Colocarse correctamente la copa menstrual también es una cuestión de práctica que va aunada a la información con la que se cuente y al conocimiento del propio cuerpo. Lo que la mayoría de las mujeres dicen al respecto es que hay que relajarse y dejar atrás los prejuicios.

Finalmente, creo que la información tiene la virtud de brindarnos más opciones para decidir lo que mejor le acomoda a cada persona. Yo voy a probar usar la copa, ya la encargué por internet y espero recibirla antes de mi próximo periodo. En unos meses les contaré cómo me fue.

¿Alguien ha usado la copa menstrual? ¿Qué tal funciona?

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