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Bulgaria, otro país que rechaza el euro

Al euro no paran de crecerle los enanos. Ante las turbulencias económicas que vive el continente y con la incertidumbre del rescate sobre varios miembros de la unión, parece haberse desatado el miedo entre los países que tenían previsto anexionarse a la moneda única: primero fue Hungría quien la semana pasada aparcó esta posibilidad durante al menos dos décadas para fortalecer su propia economía; ahora, es Bulgaria la que le ha seguido el paso.

Así lo han asegurado tanto el Primer Ministro del país, Boyko Borisov, como el ministro de Finanzas, Simeon Djankov, en sendas entrevistas a The Wall Street Journal. "Ahora mismo, no le veo ningún beneficio a entrar en la eurozona, solo costes; sería demasiado arriesgado para nosotros y no sabemos con certeza cuáles son las reglas del juego ahora ni cuáles serán dentro de un año", confiesa Borisov, en referencia, probablemente, a la ambigüedad del Banco Central Europeo y de Mario Draghi a la hora de tomar decisiones, a veces contradictorias y alteradas por la presión férrea de Alemania

[Relacionado: Suecia, el país europeo más alejado de la recesión]

Los máximos mandatarios del país no quieren, de esta manera, contaminar su economía (la más pobre de la región), tras reducir su déficit presupuestario al 2,1% del PIB a cambio, eso sí, de una política de austeridad que ha terminado afectando a los salarios y las pensiones de sus ciudadanos. En este sentido, los mandatarios búlgaros ven con bastante temor las disputas que están teniendo los principales líderes europeos, lo que a su juicio está dividiendo la eurozona entre los que abogan por la disciplina (Alemania) y los que apuestan por políticas de gasto más expansivas.

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"Estoy seguro de que veremos una profunda división en Europa porque muchos gobiernos no están preparados para digerir las difíciles decisiones que tienen que tomar. Son como el típico niño que no quiere ir al dentista para arreglar su dentadura a pesar de que la operación es necesaria", sentencia Borisov.

Tras las negativas de Hungría y Bulgaria, queda por ver si habrá todavía más países que rechacen el euro. Por el momento, Lituania y Letonia también tenían intención de unirse, pero ya han expresado como condición que la crisis de deuda amaine, mientras que Polonia y la República Checa también han aplazado el cambio. Y es que, a pesar de que todos los 12 países que se anexionaron a la Union Europea en 2004 y 2007 prometieron adoptar el euro como divisa, lo cierto es que no están obligados a dar una fecha en firme.

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