Cuando las empresas más punteras del mundo censuraban LinkedIN

Cuando Internet empezó a ser popular en los trabajos, muchas compañías decidieron ‘capar’ el acceso a multitud de webs. A finales de los 90, era normal que no se pudiera entrar al mail personal. A principios de los 2000, la censura llegó a las páginas de los medios de comunicación, y unos 10 años después, muchos eran los que tenían vetado Facebook o Twitter.

Hoy en día, la web que más preocupa a los empresarios de medio planeta es LinkedIN. La red social en la que los profesionales de medio mundo suben sus currrículums y buscan nuevos horizontes laborables es visto muchas veces como un terrible enemigo que puede desangrar a una compañía.

Esta era la filosofía de una de las compañías más avanzadas del mundo. La finlandesa Nokia prohibió a sus trabajadores visitar LinkedIN. Según explica Reid Hoffman, fundador de la red social en una entrevista concedida a The Wall Street Journal,“muy al principio Nokia censuró LinkedIN argumentado que el puesto de cada uno de sus empleados era información secreta, y que no se podía hacer público”.

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Es decir, que un ingeniero de software no podía decir que era un ingeniero de Software. Y ni mucho menos decir que se había encargado de un proyecto de, por ejemplo, Symbian, el sistema operativo de los smartphone de Nokia.

Según cuenta Hoffman, los trabajadores acataron esta medida… pero solo en su puesto de trabajo. Desde casa siguieron conectándose a LinkedIN y publicando sus currículums.

Los departamentos de recursos humanos aman LinkedIN para encontrar nuevos talentos, pero odian que sus trabajadores lo usen para buscar nuevos empleos. Según cuenta Hoffman en la misma entrevista, “a las compañías les gustaría que sus empleados fueran completamente invisibles en LinkedIN”.

Además de Nokia, el fundador de la red social denuncia que varios grandes bancos de inversión también caparon el acceso a su página. Pero también afirma que estas prácticas hoy ya no se llevan a cabo. LinkedIN tiene 300 millones de usuarios y factura unos 2.000 millones de dólares al año. Demasiado grande como para que ninguna empresa la censure.