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Videojuegos y redes sociales, ¿culpables del alto paro juvenil?

La polémica está servida. Un profesor de la Universidad de Chicago ha puesto sobre la mesa una teoría que puede levantar ampollas. Simplificándola al máximo se puede resumir en esta pregunta: ¿Existe un paro juvenil tal alto porque no hay trabajo o porque existen demasiadas distracciones que hacen más sacrificado que antes el ponerse a trabajar?

Su análisis se basa en que básicamente las redes sociales y los videojuegos posiblemente nos estén proporcionando un ocio más barato y mejor que las opciones que teníamos disponibles anteriormente, como era practicar deporte o simplemente ver la TV en casa. El profesor Erik Hurst considera que este tipo de nuevo ocio ha incrementado el llamado coste de oportunidad de trabajar, es decir, ha aumentado el sacrificio que supone estar en el tajo, las cosas interesantes y divertidas que dejamos de hacer por estar ganándose el pan.

Es cierto que buena parte del decremento de las ofertas de empleo, como indica el mismo Hurst, se debe a un incremento en el uso de la tecnología. Las empresas prefieren utilizar máquinas antes de contratar trabajadores, pero lo que afirma Hurst es que también puede estar ocurriendo una contracción en el lado de la demanda del trabajo.

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Fundamenta esta tesis en que los videojuegos permiten un ocio de calidad y barato y es muy posible que los desempleados estén llevando mejor el no tener trabajo, según nos cuenta El Blog Salmón. Otro dato llamativo que puede alimentar la teoría de Hurst es que en España, a pesar del alto paro que tenemos, no hay mucha conflictividad social en las calles. Nuestra vida sigue, sin que tengamos altos niveles de criminalidad o de disturbios en las calles provocados por aquellos que no consiguen una situación mejor.

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Añade el polémico profesor que según una encuesta reciente de los desempleados en Estados Unidos entre 22 y 30 años con pocas cualificaciones, el 22% de ellos no ha trabajado en los últimos 12 meses. En ese segmento de edad, los trabajadores menos cualificados incrementaron su consumo de ocio en cuatro horas a la semana, entendiendo que el ocio aparte de videojuegos y redes sociales está en hacer ejercicio, dormir, ver la TV, leer, etc. Pero de este incremento del tiempo de ocio, tres horas se dedicaron a videojuegos.

De hecho, el 25% de los que respondieron la encuesta jugaban a videojuegos tres horas diarias, incluso había un 10% que jugaba seis horas diarias. Algo bastante difícil de mantener en conjunto con un empleo de 40 horas semanales.

Otro dato que puede abundar esta teoría es el creciente número de jóvenes que ni estudian ni trabajan en España, conocidos como ninis. Cada vez hay más jóvenes entre 20 y 24 años que están así. En la última década, nuestro país es uno de los miembros de la Unión Europea donde más se ha incrementado el número de ninis. En concreto, nueve puntos, hasta el 22,2%. Es decir, uno de cada cinco jóvenes no ha estudiado ni trabajado en 2015, colocando a España en el quinto lugar -junto a Chipre- de los 10 socios de la UE con mayor cantidad de ninis.

Es una teoría osada en todo caso la de Hurst. Se podría concluir que la falta de oportunidades y la gran oferta de ocio se retroalimentan y combinadas provocan esas altísimas tasas de paro juvenil. Pero que esa oferta de ocio sea la causa del descalabro laboral de los jóvenes es mucho decir.

IDNet Noticias

@Jorcha