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¿Se han acabado las subidas de impuestos? Prepárese, casi seguro que no

El Gobierno de Rajoy sigue atornillando con impuestos a los españoles. El último plan de choque, donde se incluyen las tristes previsiones económicas para los próximos años mantiene un año más la subida del IRPF, incrementa los especiales y crea nuevos tributos medioambientales. Además elimina deducciones en el tributo de sociedades de las grandes empresas.

El Gobierno se defiende diciendo que son meros ajustes, o 'novedades fiscales', pero no deja ser un intento vano de engañar al personal. Llegados a este punto y con el objetivo de reducir el déficit de nuevo aplazado, ¿podemos creer que los impuestos van a dejar de subir o incluso van a bajar? Difícilmente.

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Bruselas tutela totalmente la policía económica de España y con los datos que acaba de difundir el organismo europeo que elabora las estadísticas podemos prepararnos para nuevas vueltas de tuerca sobre el bolsillo de los ciudadanos.

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La media de los impuestos al consumo, como el IVA, que pagamos los españoles en 2011 fue del 14%, un 6,1% inferior a la media de la Unión Europea y un 5,4% inferior a la de la media de los países de la Eurozona. Es verdad que en 2012 se subió este impuesto de forma sustancial, pero se sigue recaudando poco y Bruselas exige que muchos artículos que pagan el 10% de impuesto pasen al 21%.

Desde que empezó la crisis los españoles han soportado tres subidas del IVA. Aun así el tipo medio general español (21%) aún sigue por debajo del europeo (21,13%). La consultora internacional KPMG ha alertado sobre esta senda de presión fiscal y afrma en un informe que España fue el país que más ha incrementado el impuesto al consumo en 2012. Pese a ello, tanto el FMI como Bruselas estiman que aún hay margen para subirlo.

Las cifras de recaudación y el descontrol del déficit dan argumentos a la Troika para forzar a España a hacerlo. Porque pese a todas las subidas decretadas, la caída del consumo registrada en esta crisis ha supuesto una pérdida de más de 5.000 millones en la capacidad recaudatoria del IVA, que en 2012 ha permitido unos ingresos de casi 50.500 millones de euros, según datos de la Agencia Tributaria.

El panorama en los impuestos al trabajo y a las empresas es sensiblemente diferente ya que los tipos nominales o teóricos están por encima de la media europea. En el caso de los impuestos al trabajo, España tiene desde 2011 uno de los tipos máximos de IRPF más altos de la UE (del 52% y sin contar los gravámenes adicionales en algunas comunidades), frente al 43,3% de la media de la Eurozona y el 38,3% de media de los países de la Unión Europea. Aun así la recaudación no está a la altura de la de otros países de Europa. Los economistas explican este fenómeno por las elevadas deducciones fiscales existentes, que reducen el tipo real pagado.

En el caso de los impuestos que pagan las empresas, el tipo nominal este mismo año es del 30%, frente al 26,5% de media de la Eurozona y al 23,5% de la media de la Unión Europea. Pero en este caso, el tipo real también es mucho menor por las elevadas deducciones existentes todavía, y eso que el Gobierno ha quitado bastantes.

El resultado es que España está a la cola de Europa en recaudacón. ¿Por qué? Esas deducciones que se aplican tanto a los contribuyentes como a las empresas hacen que el tipo medio efectivo global que se paga sea muy inferior al nominal. A este factor hay que sumar el elevado fraude existente.

Por eso España sufre una crisis fiscal en la recaudación. Lo ratifican las cifras de ingresos, que muestran que las administraciones públicas españolas ingresan apenas un 36,4% del Producto Interior Bruto, según los datos de Eurostat correspondientes a 2012. Esta cifra nos sitúa a la cola europea (solo por delante de Irlanda) y supone una caída recaudatoria de más de 50.000 millones respecto al año 2007, cuando las arcas públicas ingresaron, por vía tributaria, un 41,1% del PIB. Adivinen por dónde van a ir los tiros para converger con Europa.

IDNet Noticias

@Jorcha