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Reino Unido recorta sanidad, paro y vivienda a españoles y otros ciudadanos de la UE: ¿será el modelo a seguir?

La crisis aprieta y el Reino Unido, la oveja descarriada de Europa desde siempre, acentúa su deriva populista, aislacionista y anti Unión Europea. Afanado en proseguir con los recortes sociales y con las encuestas en contra, el Gobierno de David Cameron quiere ahora restringir el acceso de los nuevos inmigrantes a la sanidad pública, al paro o a las viviendas subvencionadas, como parte de una estrategia para controlar la llegada de extranjeros. Actualmente con demostrar que viven en el Reino Unido, los ciudadanos procedentes de la Unión Europea (UE) con escasos recursos pueden beneficiarse de los subsidios estatales.

Hoy día, en Gran Bretaña, con una población de 63 millones, viven dos millones de ciudadanos comunitarios (de 4,5 millones de extranjeros) a los que podrían afectar estas medidas, que llegan después del éxito del ultraderechista partido UKIP frente a los ‘tories’ en las últimas elecciones para sustituir a un miembro del Gobierno. Los conservadores fueron derrotados por los liberales y superados por primera vez por el UKIP. Los miles de españoles que viven en Reino Unido son uno de los colectivos que pueden sufrir las consecuencias de esta política.

[Relacionado: El flaco favor a España del partido de ultraderecha británico]

El plan perseguía inicialmente restringir los derechos de los ciudadanos de algunos países nuevos en la Unión, como búlgaros y rumanos, a partir de 2014, que es cuando vencen las restricciones impuestas por Reino Unido hace unos años, cuando esos países entraron en la Unión. Pero ahora las intenciones del Gobierno son ampliar estas restricciones y pérdidas de derechos al resto de ciudadanos de Europa.

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Según el proyecto del ejecutivo, los inmigrantes desempleados procedentes de países de la UE dejarán de beneficiarse, a partir de 2014, del actual sistema británico de subsidios sociales a los seis meses, en caso de que no puedan demostrar que están buscando trabajo de forma activa. y las autoridades analizarán si tienen una posibilidad realista de encontrarlo. Uno de los requisitos estudiados será la capacidad de expresarse en inglés del demandante de la prestación por desempleo. Si fallan este test -que será, según Cameron, robusto y real- perderán el derecho a la prestación.

Los inmigrantes irregulares no podrán tampoco obtener el permiso de conducir y el Gobierno estudia la posibilidad de que las personas sin la documentación requerida no puedan tener acceso a tarjetas de crédito, préstamos y cuentas bancarias.

Se contempla también eliminar el acceso inmediato de inmigrantes con escasos recursos a pisos subvencionados por el Estado y éstos deberán esperar al menos dos años antes de que los ayuntamientos decidan si conceden esas viviendas. Las reglas también se aplicarán al acceso gratuito del que disfrutan hasta ahora los extranjeros al Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés).

La ejecución del plan, en todo caso, no será fácil. Según la normativa europea cualquier restricción en el acceso a subsidios de ciudadanos de países de la UE tendrá que aplicarse también a ciertos colectivos de británicos, lo que sería impopular a nivel nacional. Cameron no ha dado detalles de estos efectos secundarios de su propuesta, que tendrá que vérselas con el escrutinio de las autoridades de Bruselas. Se avecina por tanto otra batalla entre la Isla y el Gobierno que lideran Hermann Van Rompuy y Durao Barroso. Bruselas luchará para modular los planes de Cameron y evitar que sean imitados por otros países de la Unión, algo, por desgracia, tentador en esta época de grave crisis económica, social, política y moral en muchos países del Viejo Continente.

[IDNet Noticias]

@Jorcha