Luto en la guerra familiar por una de las grandes fortunas de España

Ha sido uno de los grandes empresarios de este país. Quizá uno de los tres más importantes hecho a sí mismo. Nacido antes de la guerra en un remoto pueblo de León, David Alvarez, el fundador del grupo Eulen y propietario de las bodegas Vega Sicilia, las más afamadas y posiblemente las más rentables de España, ha fallecido. Deja como legado un imperio que factura 1.400 millones y emplea a 84.000 personas.

Alvarez comenzó su andadura de emprendedor tras emigrar de joven a Bilbao, ciudad donde comenzó a forjar un emporio empresarial que mantuvo en poder de la familia pese a recibir sustanciosas ofertas de compra.
Fue en los años cincuenta cuando David Álvarez, recién completados sus estudios, coge su maleta y pone rumbo a la capital de Vizcaya. Allí monta una academia de formación técnica y después crea la compañía El Sol (1962), dedicada a la limpieza de edificios y embrión de su futuro ‘holding’ de servicios integrales, como limpieza, mantenimiento, seguridad o jardinería, entre otros.

Más allá del negocio original, David Álvarez extendió su dimensión empresarial a otras actividades, sobre las que destacan de forma especial las Bodegas Vega Sicilia, la famosa referencia de Ribera de Duero que adquirió en 1982 a través del holding El Enebro.

Pero el dinero y el poder traen muchas veces contrapartidas amargas. Y Alvarez podía dar fe de ello. El éxito en los negocios se torna en pelea familiar cuando sus siete hijos crecen y aparecen en la vida de David Alvarez segundas y terceras esposas. El epicentro del problema surge precisamente por el control de El Enebro y las afamadas bodegas, una verdadera gallina de los huevos de oro.

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El patriarca acaba enfrentado a sus cinco hijos 'díscolos’ por el control del patrimonio familiar en uno de los culebrones empresariales más sonados de la historia de España, que dejan en una mera opereta el guion de series como Falcon Crest,

A principios de 2013, el empresario, ya casado en terceras nupcias, constituyó junto a su hija María José una sociedad para controlar el 60% de la compañía y frenar los planes de sus cinco hijos 'rebeldes’ -Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo- de hacerse en el futuro con el control de Eulen.

Además del apoyo de su hija María José, el presidente de Eulen ha contado en los últimos años con el respaldo de su hijo Jesús David, al tiempo que los hijos 'díscolos’ no han dejado de buscar una solución al conflicto familiar, con varios acercamientos a su padre, que han sido infructuosos.

La muerte de David Álvarez obligará a realizar cambios importantes para Eulen como sociedad. En la otra empresa familiar, El Enebro, las acciones ya eran propiedad de sus siete hijos. En Eulen, sin embargo, casi un 60% estaba controlado por el propio David Álvarez, presidente, y su hija María José. El resto es propiedad de los otros hijos del empresario. La apertura de un esperado testamento permite vislumbrar nuevas hostilidades en el embrollo familiar.

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@Jorcha