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Los JJOO más caros, los más baratos y los que más se han ido de presupuesto, Barcelona entre ellos

Cuando en unos días empiecen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, todas las miradas se volverán hacia el gigante de América Latina. Un país rumboso, en crecimiento, con los riesgos del zika, problemas de seguridad y envuelto en la polémica. De partida, la organización de los Juegos costará a Brasil más de 4.600 millones de euros en nuevos estadios, villas olímpicas, centros de transmisión, transporte, administración, contrataciones… 1.600 millones más de lo presupuestado en 2009, cuando se adjudicó el evento.

La organización de unos Juegos Olímpicos es seguramente la mejor publicidad para un país, pero también un saco sin fondo. Sistemáticamente los países organizadores tienen que revisar al alza varias veces sus costes, pero lo realmente sorprendente es la falta de una auditoría a gran escala de los costes y sobrecostes asociados.

Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han realizado el primer examen detallado de los juegos olímpicos (de verano y de invierno) desde la Olimpiadas de Múnich de 1972, dejando al aire la escala de desastres financieros que han plagado los Juegos.

El informe muestra que los sobrecostes medios de los Juegos Olímpicos son del 156%, algo que supera con creces los desfases de cualquier otro tipo de megaproyecto. “Todos los juegos, sin excepción, han tenido sobrecostes”, aseveran los autores del estudio.

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Los juegos con más sobrecostes fueron los de Montreal (Canadá) de 1976, que superaron el presupuesto en un sorprendente 720% y condenaron a la ciudad a 30 años para terminar de pagarlos. Les siguen los Juegos de Invierno del Lago Plácido (Nueva York) de 1980, con un sobrecoste del 324%, los de Sochi, con un 289% y los de Barcelona (España) con un 266%. Todos están bastante por encima de ese ya desastroso desfase del 156%.

Aunque sólo se han conocido los detalles para 19 de las 30 ediciones de Juegos Olímpicos celebrados durante este período, los datos dejan ver que la publicación de gastos, incidencias e imprevistos no ha sido una prioridad para los organizadores.

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El atleta Álvaro Rodríguez en su eliminatoria de 1.500m de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Foto: Wikimedia Commons


Vamos al ranking de gasto: los juegos de verano más caros de la historia fueron los de Londres (Reino Unido) de 2012, que costaron 13.600 millones de euros y superaron el presupuesto original en un 76%. Los autores del informe son particularmente críticos con las pequeñas ‘trampas’ de los británicos, que apenas dos años después de adjudicarse el evento dijeron que habían hecho mal algunas cuentas y duplicaron el presupuesto. Luego trataron de hacer ver que no habían gastado todo el presupuesto, pero era difícil de creer.

¿Y los más baratos? Seguramente no sorprende saberlo: Tokio 1964. Los japoneses se las ingeniaron para organizar unos grandes Juegos por sólo 254 millones de euros. A propósito, los juegos de invierno más baratos se celebraron ese mismo año en Innbsruck (Austria) y costaron apenas 20 millones de euros.

También se pasó Rusia. Aunque los Juegos Olímpicos de invierno son generalmente más baratos (de media salen por 3.000 millones de euros frente a los más de 4.700 millones de los de verano), los Juegos de Sochi de 2014 costaron casi 20.000 millones. Feuron los más caros de la historia. En el otro extremo está Pekín 2008, donde sólo superaron el presupuesto en un 2%. Pero hay que matizar que China gastó hasta 30.000 millones en otras partidas relacionadas, como infraestructuras del transporte.

Ante el despropósito en el que se ha convertido la organización de los JJOO, en la década de 1990 el Comité Olímpico Internacional lanzó el Programa de Gestión de Conocimientos de los Juegos Olímpicos para aprender a organizar los juegos de manera más eficaz, acumular conocimientos y transferirlos. Se puso en marcha antes de los juegos de Sidney (Australia) en 2000, con grandes expectativas pero resultados inciertos de momento.

A partir de ahora las ciudades y gobiernos interesados en celebrar JJOO deben saber que hay un Gran Hermano pendiente de imprevistos y excesos porque la organización de este espectáculo de los deportes sigue siendo, con diferencia, el megaproyecto más caros y económicamente arriesgado que existe.

IDNet Noticias