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La degradación de la clase media española en clase baja en cifras

El impacto de la crisis en las clases medias es un hecho tanto en España como en Europa. En nuestro país disponemos por fin de cifras elocuentes que constatan esta degradación de las familias y personas que tienen ingresos intermedios.

Entre el 2008 y el 2011, el grupo de los contribuyentes de lo que se puede considerar clase media -los que pagan impuestos por ingresos entre 20.000 y 60.000 euros al año- retrocedió en 350.000 declaraciones, según los datos facilitados por la Agencia Tributaria. La mayoría de ellos pasó a engrosar las listas de contribuyentes con las rentas más bajas, las que están por debajo de los 12.000 euros anuales liquidables, que crecieron en más de medio millón en ese mismo periodo. El grupo que está por encima de 60.000 euros anuales sólo se redujo en 87.000 declarantes, según datos de la AEAT.

Esta tendencia ha tenido su reflejo en el gasto de los hogares. El consumo de las familias, según recuerda La Vanguardia, se ha reducido un 14% entre los años 2008 y 2012 hasta dejarlo en una media de 21.880 euros anuales. Se presupone que en tiempos de vacas flacas bajan los gastos superfluos, como lo que se emplea en salir de casa y en restaurantes, donde las familias han cerrado el grifo gastando un 21% menos. Pero es que también ha descendido el gasto en la alimentación en un 10%.

[También de interés: Cómo la desaparición de las clases medias afecta a la cesta de la compra]


Ante la exigencia de Europa y los mercados de seguir reduciendo el déficit, cabe preguntarse quién va a apechugar con el sacrificio que puede suponer recortar el déficit público del Estado en 20.000 millones este ejercicio, sobre todo si el Gobierno opta por seguir subiendo algunos impuestos pese a que baje el de la Renta.

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En caso de que subiera la presión fiscal global, algunos dan por hecho que se hará por la vía del IVA y de cargar la posesión de bienes inmuebles, con lo que seguirán sufriendo las clases medias y no las altas.

Es la opinión del profesor Juan Ramón Rallo, quien haciendo un paralelismo con la que ha pasado en Finlandia, observa como se registra una presión fiscal 10 puntos de PIB superior a la española pero con un estado del bienestar más desarrollado.

Pero 9,7 de esos 10 puntos extra de recaudación provienen, por un lado, de mayores impuestos indirectos (la recaudación por imposición indirecta es en Finlandia 3,7 puntos sobre el PIB superior a la española) y, por otro, de un mayor IRPF (6 puntos más sobre el PIB ). En Sociedades, por el contrario, se recauda prácticamente el mismo importe que en España. En Finlandia, por ejemplo, el tipo general del IVA es del 24%.

Tanto en Finlandia como en España, el 75% de la población con menos renta proporciona el 35% de la recaudación por IRPF y el 10% más rico, cerca del 35% (en ambos casos, asimismo, el 1% con mayor renta contribuye con el 10% de la recaudación total). La progresividad recaudatoria del IRPF español y del IRPF finés es prácticamente calcada.

Pero los tipos efectivos que soportan las clases medias en Finlandia son muy superiores a los que soportan en España. En general, todos los tramos de renta (incluidos los más bajos) pagan unos tipos efectivos 4 puntos superiores a los españoles. Sólo hay una excepción: el 10 por ciento de los fineses con más renta paga sólo entre 1 y 2 puntos más que sus pares españoles. Para alcanzar el nivel de recaudación del país nórdico, habría que subir el IRPF a esos niveles, o bien subir mucho el IVA y otro tipo de impuestos. El ciudadano corriente -y no los grandes ricos- tendrían que pagar mucho más que ahora.

Para evitarlo solo cabría la opción de reducir drásticamente el gasto público pero... ¿alguien lo va a hacer ante el rosario de elecciones que se avecinan?

IDNet Noticias

@Jorcha