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La banca hoy o cómo poner en riesgo su gran negocio en España: las hipotecas

Los excesos recientes están dando la vuelta a los hábitos de los españoles y de la banca. Hemos pasado de una abundancia de crédito desmedida y descontrolada, sobre todo en hipotecas, a una retracción acelerada de los préstamos en general y en particular de los que se conceden para comprar vivienda.

Es una combinación curiosa de factores. Por un lado, la banca tiene que desendeudarse aceleradamente porque debe demasiado dinero a los prestamistas europeos, que se resisten a financiarla más, y por otro, los ciudadanos también tienen que hacer un ejercicio similar. A estas motivaciones básicas de ofertantes y demandantes se suman el hecho incontestable de que, antes que ir a por nuevo negocio, las entidades financieras tienen como objetivo prioritario recuperar préstamos morosos, recortar costes, sanear su balance con provisiones y vender la enorme cantidad de pisos que se agolpan en sus balances.

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Con la economía paralizada, el resultado es que la concesión de crédito registra tasas negativas, porque casi nadie pide uno, y si se solicita, se exigen tipos de interés muy altos y demostrar ingresos recurrentes y estables, algo que cada vez menos españoles pueden hacer.

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El resultado es que el saldo vivo de crédito en España cae más de un 4% de media, pero la concesión de nuevas operaciones se desploma mucho más, entre un 23% y un 40% en el último año. En función del colectivo de clientes, la caída alcanza niveles no vistos en más de cincuenta años. En concreto, el volumen de hipotecas concedidas es solo un 10% del que se registraba antes de la crisis.

Después del verano y pese al inminente final de la desgravación por vivienda, que estimula la demanda, se ha constatado este fenómeno. La compra de inmuebles sube ligeramente y la firma de hipotecas cae con fuerza, el 32%, e incluso acelera su desplome. Con el retroceso de septiembre las viviendas hipotecadas encadenan ya 29 meses de caídas consecutivas.

El dato acumulado arroja aún más luz sobre el declive del negocio hipotecario de la banca. En los nueve primeros meses del año, las hipotecas constituidas sobre viviendas se han reducido un 34,4% en relación al mismo periodo de 2011, con una disminución en paralelo el 40% en el capital prestado y del 8,6% en el valor promedio de las hipotecas. Las transacciones de compra caen también, pero mucho menos, el 14%. Y es que los compradores, pocos, se buscan la financiación por otro lado.

En septiembre, el saldo vivo del crédito hipotecario se sitúa en 924.128 millones de euros, lo que supone un descenso del 9% con respecto al mismo mes de 2011. Una cantidad que seguirá bajando en los próximos meses. No es difícil estimar el beneficio recurrente que produce mes a mes el pago por millones de españoles de los intereses de esa montaña de deuda. Un negocio redondo, con contratos a 20 o 30 años, que como esto siga así va a menguar tanto que va a cambiar el modelo de banca en España y la manera de acceder a una casa.

@Jorcha