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La fuga de capitales no cesa, ¿qué hago con mi dinero?

El dinero sigue saliendo de España a gran velocidad. Esa es la mala noticia. La buena es que en agosto, último mes con datos oficiales, el ritmo ha bajado considerablemente. En concreto, en los primeros ocho meses del año han salido del país la friolera de 247.000 millones de euros, casi 620 veces más que el ejercicio anterior a estas alturas.

En lo que va de año, las salidas netas se produjeron fundamentalmente en el capítulo denominado 'otras inversiones' (fundamentalmente préstamos, depósitos y repos) y, en menor medida, en las inversiones de cartera (deuda y acciones, sobre todo), superando claramente las entradas registradas en las inversiones directas y en los derivados financieros, según datos del Banco de España.

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Así, el citado apartado de 'otras inversiones' acumula entre enero y agosto salidas por valor de 178.195,1 millones de euros, frente a las entradas de 20.170,8 millones del mismo periodo del año anterior. Por su parte, las inversiones en cartera generaron salidas de 81.241 millones, casi diez veces más que el saldo negativo de 8.503,1 millones registrado entre enero y agosto de 2011.

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La principal vía de agua la encontramos por tanto en la inversión en préstamos y en depósitos. Solo en agosto se retiraron 20.332 millones que estaban en este apartado. En los últimos 16 meses, desde que empezó la huida, se han evaporado 184.333 millones en este apartado, y las entidades afectadas por ello han sustituido la financiación privada por la del BCE.

Pero en el octavo mes del año se produjo saldo positivo en la inversión de cartera y en los derivados financieros. Los inversores apostaron por España, lo que arrojó un saldo de 2.340 millones en acciones, el primero a favor del país en los últimos 17 meses.

¿Punto de inflexión?

Esta evolución puntual del mes de agosto, la aprobación en septiembre del plan de compra de deuda por parte del BCE, la mejora subsiguiente de la prima de riesgo y el éxito relativo del Estado al colocar deuda a lo largo de octubre permiten ver la situación de forma menos dramática.

Porque tras esta dosis exhaustiva de datos, y teniendo en cuenta el contexto reciente, ¿qué se puede hacer con el dinero que tenemos en el banco? ¿Corre peligro y hay que sumarse a la fuga o es mejor dejarlo tranquilo donde esté invertido? Es una decisión muy personal, pero existen varias opciones para quien tema por la integridad de sus ahorros.

Se puede llevar parte del dinero a refugios tradicionales, como Suiza o Andorra, y de forma legal, claro. La transacción queda registrada en el Banco de España, pero el problema es que a cambio de más seguridad sobre nuestros ahorros, la rentabilidad que se obtiene en esos refugios es escasa o nula.

Quien tenga un perfil más inversor puede optar por comprar acciones de empresas de países de la zona euro, que suelen dar cierta seguridad y una relevante rentabilidad por dividendo. Otra alternativa bastante seguida estos meses es destinar parte de los ahorros que se tenga en el banco a comprar alguna vivienda a precios muy atractivos, que los hay. Y si se espera un poco más, una vez esté en marcha el llamado 'banco malo', habrá oportunidades todavía mejores. De momento, en lo que va de año ha seguido cayendo el número de compras de vivienda que se financia con hipoteca, hasta situarse en poco más del 30% del total de transacciones. Los nuevos propietarios logran el dinero por su cuenta recurriendo a su dinero y al de familiares.

En todo caso, si se lleva parte del dinero al extranjero, hay que tener en cuenta que acaba de entrar en vigor la nueva ley antifraude y es obligatorio declarar todo lo que se tenga fuera de España.

@Jorcha