Yahoo Finanzas El mal ejemplo de Bruselas: exige recortes a todos pero se resiste a aplicarlos a sus funcionarios
En casa del herrero cuchillo de palo. Eso deben pensar los países más ricos de la Unión Europa sobre lo que hace el entramado burocrático de Bruselas. Exige austeridad en las partidas de gasto más sensibles de los países miembros mientras la gestión de su propio presupuesto deja bastante que desear a la hora de asumir sacrificios.
Además, las retribuciones de su personal superan con creces los ingresos medios de la mayoría de los funcionarios de las administraciones de los países miembros de la Unión Europea y su régimen para acceder al retiro es privilegiado. Por no hablar de los sueldos de los parlamentarios europeos y la polémica que se creó hace unos años a raíz de las escandalosas dietas que perciben y sus viajes en avión en primera clase.
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Visto lo visto, los ocho países contribuyentes netos al presupuesto de la UE -Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Austria- han remitido una propuesta conjunta a Bruselas en la que reclaman que se meta la tijera. Exigen una serie de recortes en sus gastos, incluyendo ajustes en las pensiones de los funcionarios del organismo. Avisan de que, si no se toman medidas, el gasto en esta partida se disparará de 1.235 a 2.490 millones de euros al año de aquí a 2045. Los contribuyentes netos piden más recortes en los salarios de los eurofuncionarios, que se supriman o reduzcan los trienios por antigüedad y que se ajuste la plantilla más allá del 5% previsto.
El trasfondo es la negociación sobre el ingente presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 y cuál deben ser sus prioridades. Difícil tarea ajustar gastos de una institución tan grande y tan burocratizada cuando el foco de Europa está puesto precisamente en ceder cada vez más soberanía a Bruselas en asuntos clave como salir de la crisis.
"La mayoría de los estados miembros están respondiendo a las actuales circunstancias económicas con medidas de eficiencia u otras reformas que afectan a las condiciones de sus funcionarios nacionales. El personal de las instituciones de la UE debería compartir la carga", defienden en la misiva los países ricos.
Para parar ese gasto, los ocho países piden que los eurofuncionarios paguen mayores contribuciones para su pensión, hasta el 50%, frente al 11,6% que aportan actualmente. Pero la clave de la fuerte subida del gasto en esta partida en Bruselas se debe al aumento del número de eurofuncionarios con motivo de la ampliación a los países del centro y este de Europa que se produjo a partir de 2004.
La propuesta denuncia además que la Comisión pide un aumento en el presupuesto dedicado a personal en el próximo marco presupuestario que pasaría así de 55.900 millones a 70.700 millones de euros, casi el 25% más.
Actualmente hay 40.775 funcionarios europeos en las instituciones comunitarias, de los que 25.065 pertenecen a la Comisión Europea. El salario inicial para un funcionario de la Comisión Europea es de 31.850 euros anuales y el tope máximo que llega a cobrar un 'eurócrata' es de 220.450 euros. Entre 2005 y 2012 el gasto en salarios en esta institución ha crecido un 17,9%.
El Parlamento Europeo sigue también en el ojo del huracán. Tiene un plantilla de 6.166 empleados, de los que 754 son eurodiputados. El presupuesto de la Eurocámara en 2011 ascendió a 1.675 millones (equivalente a 3,34 euros por cada ciudadano europeo) y de esta cifra 218 millones se destinan a salarios y dietas de los eurodiputados, mientras que otros 262 millones van a parar al resto de personal.
El sueldo neto mensual que recibe un eurodiputado es de 6.200 euros, a los que hay que sumar una serie de dietas para gastos generales (4.299 euros mensuales), de "estancia" (304 euros diarios por asistencia a misión oficial) y de viajes (hasta 4.243 euros anuales). Además tienen derecho a recibir una pensión de jubilación al cumplir los 63 años, igual que en la Comisión Europea y por debajo de la edad de jubilación de otros estados miembros. Salvo por la lluvia y el frío de Bruselas y Estrasburgo, ¿a quién no le gustaría ser eurofuncionario?
