Yahoo Finanzas Contra la devastación laboral del ladrillo, huertos de caracoles
Habíamos oído hablar de huertos –urbanos y no urbanos- para paliar las horas tediosas de muchos jubilados y ya más recientemente, ante el embate social de la crisis, para mitigar las estrecheces de muchos parado a la hora de hacer la compra.
Es una alternativa que muchos municipios han impulsado cediendo terrenos a desempleados de más de 45 años y que llevan mucho tiempo apuntados a las listas del paro. De lo que no se había hablado en España sin embargo es de la promoción por las administraciones de granjas de caracoles.
El municipio de Chiclana de la Frontera en Cádiz, se ha lanzado a esta aventura para paliar los jirones que ha dejado el hundimiento del ladrillo en esta zona. Se trata de que estos desempleados puedan desempeñar una actividad, obtener unos ingresos y recuperar la ilusión por sentirse útiles. Una pequeña contribución para paliar la gravedad de la situación en un pueblo que cuenta con casi 12.000 personas sin trabajo sobre una población de 90.000 habitantes. Y por desgracia hay otros muchos pueblos en situaciones igual de dramáticas.
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“Hemos cambiado nuestra concepción de un pedazo de tierra: donde antes veíamos un lugar para construir casas, ahora concebimos un espacio para cultivar”, explica a El Mundo José Manuel Lechuga, delegado de Fomento del consistorio andaluz.
El Ayuntamiento ha cedido al Colectivo de Desempleados Activos Chiclaneros 26.000 metros cuadrados, de los cuales 20.000 están destinados a plantaciones hortofrutícolas y 6.000 a la futura granja. En el grupo hay mecánicos, albañiles, antiguos constructores, mujeres y hombres desde los veintitantos hasta los casi 60 años. “Hay gente que lo ha pasado mal psicológicamente y que siente la necesidad de despejarse y de dedicarse a algo", explica uno de los fundadores.
El mes de junio está prevista la apertura de la explotación tras la inversión de 30.000 euros que se financian con aportaciones del ayuntamiento y el dinero que aportan los socios del colectivo y que están obteniendo a través de un rastrillo donde venden objetos usados.
El ayuntamiento considera la zona para la cría de caracoles, porque está junto al parque natural de la Bahía de Cádiz. “Además, es algo muy novedoso en la zona y esperamos que los restaurantes y bares comiencen a ofrecerlos como negocio. En definitiva, tratamos de crear una actividad económica nueva en el municipio", explica Lechuga.
Pues aunque sea a ritmo de caracol, esperamos que la aventura vaya consolidándose, tenga éxito y, en ete caso con la mayor rapidez posible, sea copiada en otros muchos municipios.
IDNet Noticias
@Jorcha
