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Catalunya Banc, el último banco ruinoso para los españoles

El Gobierno acaba de colocar el último zombi bancario que deambulaba sin rumbo desde el estallido de la crisis. Catalunya Banc –antigua Catalunya Caixa- lo compra el BBVA tras pagar 1.187 millones pero el balance final del asunto es que nos va a costar a todos los contribuyentes algo más de 11.000 millones, el segundo mayor agujero después de Bankia.

Hasta la fecha, el Estado había inyectado cerca de 12.600 millones de euros en ayudas para mantener a flote Catalunya Caixa. Cuatro años después de su nacionalización y tras dos subastas fallidas en las que ni siquiera se alcanzaron las escasas cotas económicas y de interés de esta tercera ronda, se da carpetazo al fleco más enrevesado de la reestructuración bancaria española.

En proporción a su tamaño, es la antigua caja que más dinero público ha necesitado, seguida de cerca por la NovaGalicia banco. En relación a sus 60.000 millones de activos ha precisado también más inyección pública por ahora que la ruinosa Caja de Ahorros del Mediterráneo o Bankia y su filial Banco de Valencia. Aunque cuidado, porque todavía está por ver cuántas pérdidas aflorarán finalmente en la CAM, cuyo comprador tiene garantizada financiación pública para gran parte de los quebrantos que vayan apareciendo. La broma puede acabar en el entorno de los 15.000 millones. En términos absolutos Bankia, con sus 24.000 millones, sigue siendo la primera entidad por ayudas públicas recibidas.

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La entidad catalana ahora vendida, fruto de la fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, ha llegado a este nivel de deterioro tras embarcarse en "una irresponsable política de expansión del crédito entre 2004 y 2008”, según declaró el propio director general del FROB, la entidad pública que ha vendido la entidad.

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Fue en 2010 bajo la presidencia del exministro y exdirigente del PSC, Narcís Serra, cuando solicitó las primeras ayudas al estallarle en las manos la crisis del ladrillo. Vista la dimensión del agujero, la Fiscalía Anticorrupción presentó una denuncia por un delito de administración desleal contra toda la cúpula gestora del Banco y el juez aceptó esas imputaciones tras admitir a trámite la denuncia por los "sueldos desproporcionados" que en su opinión aprobó Catalunya Caixa para sus altos cargos en 2010, pese a la "crítica" situación económica que atravesaba la entidad y el entorno de crisis.

Además el sucesor de Serra, Adolf Todó, fue denunciado por recibir una indemnización de 600.000 euros al marcharse, además de un fondo de pensión que pueden llegar a los cuatro millones. Toda la cúpula pasó por el juzgado en otoño de 2013 pero de momento están todos en su casa con el dinero a buen recaudo.

El balance final de la operación salvamento de este banco ruinoso es que a cada español le tocará pagar 256 euros de media. Es otra muestra más de la escandalosa gestión de muchas de las entidades financieras, que operaban bajo un sistema calificado por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y su gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, como "el mejor del mundo" y donde han habido gestores tanto del PP como del PSOE.

Ahora, tras gastarnos unos 60.000 millones de dinero público en sanear nuestros bancos, 100.000 según Podemos, parece que el sector está más firme. Pero a cambio la competencia se ha reducido entre ellos al haber quedado muy pocos bancos, por lo que el crédito no fluye y la retribución por los depósitos está en mínimos.

IDNet Noticias

@Jorcha