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Cómo se las ingenian los delincuentes 2.0 para llevarse le botín sin despeinarse

La policía busca a un grupo internacional como el protagonista del mayor robo sincronizado conocido hasta ahora: más de 1.400 millones de yenes (equivalente a 11,5 millones de euros) volaron hace unos días de los cajeros automáticos en Japón sin dejar rastro aparente. Todo sucedió en menos de tres horas, en un audaz golpe que incluyó miles de retiradas de dinero coordinadas.

Se cree que al menos 100 personas colaboraron en la operación utilizando tarjetas de crédito falsificadas que contenían detalles de cuentas bancarias obtenidos de forma ilegal de un banco en Sudáfrica. Un ‘trabajo’ limpio, rápido, sin testigos y sin violencia. Por ahora no hay detenidos.

La policía japonesa apunta a que la operación ha sido articulada por un sindicato del crimen internacional perfectamente sincronizado. A la misma hora del mismo día (15 de mayo) cada uno de los participantes retiró 100.000 yenes -el máximo permitido –en cajeros situados junto a supermercados de conveniencia situados en Tokio y otras 16 localidades japonesas.

El material utilizado por los hackers fueron 1.600 tarjetas tarjetas de crédito emitidas por un supuesto banco de África del Sur que aún no ha sido identificado y asociadas a cuentas inexistentes. En total han desaparecido unos 1.400 millones de yenes. Hay que hacer hincapié en ‘unos 1.400 millones’ porque aún podrían aparecer detalles de nuevas extracciones.

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No es la primera operación conocida de robos con tarjetas de crédito falsificadas utilizando los datos filtrados, pero seguramente sí es la más importante y la mejor orquestada. Hace algo más de tres años se desmanteló una operación similar, aunque menos sofisticada: los ladrones llegaron a retirar hasta 4.500 millones de yenes en 26 países a lo largo de varios en Japón y varios países más antes de que se diera la señal de alarma, según informa el diario nipón Yomiuri.

Quien vea este robo como algo lejano y ajeno, mejor que se tiente los bolsillos. En los últimos meses han proliferado en España las denuncias sobre un nuevo tipo de cibercarteristas que proliferan en los medios de transporte colectivos, sobre todo, autobús y Metro. Su objetivo son las nuevas tarjetas de crédito contactless que muchas entidades bancarias han popularizado en los últimos meses y que permiten realizar pagos sin necesidad de insertar el PIN.

Basta con acercar la tarjeta de crédito a cinco centímetros de un lector con tecnología NFC (Near Field Comunication) y cobrarse. Los viajeros se han convertido en el blanco más codiciado de los delincuentes 2.0, que aprovechan las horas punta para hacer su ‘agosto’ en los vagones más repletos con un datáfono en la mano.

Como cada tarjeta contactless permite hacer hasta cinco pagos al día sin necesidad de introducir el PIN de seguridad, estos nuevos ciberdelincuentes se pueden sacar 100 euros por víctima en unos minutos y sin despeinarse. La clave aquí está en cómo protegerse, por un lado, y en cómo atrapar al ladrón cuando la prueba (el dinero robado) es virtual.

IDNet Noticias