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Así puede Ryanair dar la puntilla a varios aeropuertos de España

La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair transporta alrededor de 28 millones de pasajeros en España y eso la convierte en la primera empresa del sector. Su objetivo ahora es trasladar buena parte de sus actividades desde los aeropuertos pequeños, donde ha creado un montón de bases operativas, a los grandes. Una buena noticia para los gigantes de la red, es decir, para Madrid, Barcelona, Palma, Málaga o Alicante, pero mala para los pequeños y medianos aeródromos que componen la mayor parte de su oferta y que ya están muy castigados por la crisis.

El de Girona es quizá el mejor ejemplo. Se convirtió en el hub de la empresa en Cataluña y Ryanair lo vendía como Barcelona Norte. Desembarcó allí en 2000, y ha sido de largo el mejor cliente del aeropuerto, al igual que ha ocurrido en otros aeropuertos pequeños, como Reus o Valladolid. La aerolínea buscaba operar con precio baratos y forzaba a los clientes a desplazarse muchos kilómetros para llegar a su base de operaciones. Ahora, el nuevo objetivo de Ryanair es repartir un 50% de su actividad en los grandes y un 50% para los pequeños. “Es una evolución natural", según la empresa.

Barajas y El Prat, donde compite con Iberia y Vueling, serán desde este año los más beneficiados. En el mayor aeropuerto de Aena, Ryanair crecerá este año un 14%, contribuyendo con Iberia y Air Europa a su recuperación en 2015.

En El Prat, Ryanair quiere convertir 2015 en su año récord gracias a la actividad de 10 aviones con vuelos a 39 destinos. Pero buena parte de ese crecimiento procederá de los aeropuertos de Reus y Girona, donde reducirá o estabilizará su número de pasajeros.

[También de interés: Ryanair, o cuando tratar mejor al pasajero resulta incluso rentable]

Se trata de un problema añadido para la recientemente privatizada red de aeropuertos nacional, que carga, fruto de los excesos del boom de la obra pública sin control, con una serie de aeropuertos pequeños y medianos con muy poco tráfico, bien por la escasa población de la zona, por su cercanía a otros aeropuertos o por las excelentes comunicaciones alternativas.

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Los registros de los aeropuertos más absurdos de la res son concluyentes. El aeródromo de Huesca sólo gestionaba en estos años de la crisis poco más de  2.500 viajeros al año, un registro que le convertía en el menos utilizado de todos los que contabiliza Aena. Otros aeropuertos fantasma son el de Son Bonet (Palma), Ceuta-Helipuerto, Sabadell y Madrid-Cuatro Vientos, Badajoz, La Gomera, Albacete y Algeciras-Helipuerto.

Para Ryanair, esta decisión forma parte de su mutación comercial y operativa. La aerolínea ha entonado un mea culpa casi inédito en estos tiempos. "Hemos pasado de ser una compañía repugnante para los clientes a una aerolínea amable. Aunque éramos los más baratos, los pasajeros preferían compañías más caras solo por no viajar con nosotros", admite Kenny Jacobs, responsable de marketing de la compañía irlandesa. El problema fue especialmente difícil en España, donde las prácticas de Ryanair llevaron a la empresa a chocar con el Ministerio de Fomento, Aena, asociaciones de consumidores y medios de comunicación. Ahora, parecen cosas del pasado.

IDNet Noticias
@Jorcha