Anuncio
Mercados españoles cerrados en 6 hrs 43 min
  • IBEX 35

    11.067,90
    -43,40 (-0,39%)
     
  • Euro Stoxx 50

    5.097,53
    +15,79 (+0,31%)
     
  • Dólar/Euro

    1,0784
    -0,0046 (-0,42%)
     
  • Petróleo Brent

    86,45
    +0,36 (+0,42%)
     
  • Oro

    2.215,80
    +3,10 (+0,14%)
     
  • Bitcoin EUR

    65.558,66
    +749,16 (+1,16%)
     
  • CMC Crypto 200

    885,54
    0,00 (0,00%)
     
  • DAX

    18.493,30
    +16,21 (+0,09%)
     
  • FTSE 100

    7.969,14
    +37,16 (+0,47%)
     
  • S&P 500

    5.248,49
    +44,91 (+0,86%)
     
  • Dow Jones

    39.760,08
    +477,75 (+1,22%)
     
  • Nasdaq

    16.399,52
    +83,82 (+0,51%)
     
  • Petróleo WTI

    81,68
    +0,33 (+0,41%)
     
  • EUR/GBP

    0,8559
    -0,0007 (-0,09%)
     
  • Plata

    24,54
    -0,21 (-0,86%)
     
  • NIKKEI 225

    40.168,07
    -594,66 (-1,46%)
     

Ocho pequeños gastos que todos odiamos

En ocasiones, cada vez que salimos a la calle nos invade una inevitable sensación de que nos están engañando. Pequeñas comisiones, gastos no incluidos en los precios o recargos imprevistos, hacen que nos gastemos más de lo previsto.

[Te puede interesar: Cinco facturas que no deberías domiciliar]

Todos los días somos víctimas de estas pequeñas 'estafas' legales que vacían aún más nuestro ya maltrecho bolsillo y, en ocasiones, nos dejan con cara de tonto. Estas son las ocho más comunes:

1. Los gastos de gestión
Con la llegada de Internet, los gastos de gestión se han convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de los consumidores 2.0. Da igual lo que compremos, ya sean entradas de cine o billetes de avión, siempre tenemos que pagar este incómodo sobrecargo que puede ir de sólo unos céntimos a varias decenas de euros.

ANUNCIO

La mayoría de los usuarios del comercio electrónico no entienden por qué se aplican los dichosos gastos de gestión en sus compras on line, que se realizan de manera automática, cuando por ejemplo en las taquillas de un cine no se aplican y sí hay un empleado que dedica parte de su tiempo a atendernos y cobra un salario.

Según distintas organizaciones de consumidores, no hay absolutamente ninguna justificación para cobrar un extra por cada billete que se compra on line. De hecho, en Reino Unido se estudia establecer una ley que limite el importe de estos gastos a no más del 2,5% del precio de compra.

2. Las palomitas y las bebidas en el cine
Las palomitas y la Coca-Cola suelen costar ya más que la propia entrada al cine. Además, según la OCU, las palomitas que se venden en las salas españolas son "malas y caras". La organización de defensa de los derechos de los consumidores asegura que contienen hasta un 25% de grasa y un 3% de sal. Además, son diez veces más caras que las de las tiendas.

3. El Agua embotellada
El precio del agua embotellada puede ser hasta 10.000 veces más caro que el de la del grifo, según el informe 'The Water Facts'. Por si fuera poco, aproximadamente el 40% está embotellada en fuentes municipales. Es decir, es agua del grifo.

El 90% del precio que nos venden en los establecimientos comerciales depende directamente del envase. Cada año se destinan casi 17 millones de barriles de petróleo a la fabricación de botellas de plástico, y sólo una de cada cuatro se recicla.

4. Las máquinas de 'vending'
Son un gran invento, pero no para los consumidores. Abiertas las 24 horas los 365 días del año, son una fuente continua de ingresos para sus propietarios, que no tienen que hacer frente a gastos de local o personal. Además, el negocio es redondo. Los recargos de precios aplicados por los operadores son enormes: por lo general más o menos un 100% sobre el precio de supermercado.

5. La tienda de las gasolineras
El último informe del programa de inspecciones EuroTest lo deja muy claro: las tiendas de las estaciones de servicio españolas tienen buena calidad, pero son excesivamente caras. Casi una tercera parte de estos establecimientos recibió una calificación de "insatisfactorio" o "muy insatisfactorio" en la categoría de precios. Ésta, incluyó los precios cobrados en las tiendas junto con los cobrados por servicios de confort, como los aseos.

En el mismo informe, Alemania obtuvo el galardón de país más caro, seguida por Suiza. Por el contrario, la República Checa alcanzó las mejores notas en relación calidad-precio.

6. Los precios de la gasolina y el diesel
Si tienes la impresión de que cada vez gastas más en gasolina y te dura menos, estás en lo cierto. En 2011, España ha registrado los mayores incrementos en los precios de los carburantes de la Unión Europea. En algunos casos el alza de los combustibles ha sido hasta cuatro veces mayor que el de algunos de nuestros vecinos comunitarios, según los datos que se desprenden del Boletín de Petrolero de la UE.

7. El gas y electricidad
Los recibos de electricidad y gas no dan tregua ni en tiempos de crisis. Desde 2006, la factura de la luz se ha encarecido un 44%, mientras que los salarios, en su mayoría ligados al IPC, apenas se han apreciado un 12%. Con el gas sucede algo parecido. El Gobierno aplicó una subida del 3,9% el pasado mes de enero que afectó a cerca de 17 millones de españoles.

8. Las comisiones bancarias
Las comisiones bancarias se han disparado hasta un 60% más durante la crisis. Las entidades financieras, que han reducido su negocio, hacen lo que pueden para capear el temporal y obtener los ingresos por vías alternativas. Una de las fórmulas que más se repite es la de aumentar las comisiones. Cobros por mantenimiento de cuenta, de tarjeta de crédito y débito, transferencias, etcétera. Todo le cuesta al cliente, de media, 178 euros al año, según los datos del Banco de España.