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Un error estúpido le llevó a la bancarrota

Seth Quest no tenía experiencia como empresario. Sin embargo, este diseñador estadounidense dio el paso para comercializar un soporte para iPad que él mismo había creado y que bautizó como 'Hanfree'. Como no tenía suficiente capital para poner el negocio en marcha, decidió introducir su proyecto en la plataforma Kickstarter.

Allí expuso su idea, mostró los planos y enseñó una maqueta. Su intención era obtener 10.000. Sin embargo, para su desgracia, la iniciativa fue un éxito y logró recaudar 35.004 dólares de 440 futuros clientes.

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Precisamente el hecho de que el proyecto tuviese una acogida muy por encima de lo esperado fue lo que hundió a Quest. Sin apenas experiencia, buscó subcontratistas para desarrollar el producto. Pronto se dio cuenta de que sus cuentas no cuadraban y que con el dinero obtenido a través de Kickstarter no podría entregar los soportes.

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Hundido, el pasado 28 de noviembre, cinco meses después, a Quest no le quedó más remedio que admitir su derrota y devolver el dinero a todos los usuarios que le habían apoyado y asumir los gastos de desarrollo.

Arruinado y exiliado
Sin embargo, aquel no sería el peor de sus problemas. El inexperto diseñador metido a empresario no creó una compañía, con lo que la posible responsabilidad recaía sobre él y sus bienes. Esa circunstancia le costaría muy caro: a Neil Singh, una de las personas que había adelantado el dinero para el 'Hanfree', no le bastaba con recuperar la inversión y una disculpa.

Singh, abogado de profesión, demandó a Quest, ganó el juicio y dejó al frustrado emprendedor arruinado, con una terrible reputación y problemas de ansiedad. Ahora Seth Quest se encuentra recuperándose en Costa Rica y planteándose su siguiente movimiento, que a buen seguro no tendrá nada que ver con esa arma de doble filo que puede llegar a ser Kickstarter.

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