La fallida campaña de comida sana: marchan por las calles de Pekín… y acaban detenidos

Si vives en una gran ciudad, seguro que ya hay pocas cosas que te sorprenda ver por la calle. Estarás acostumbrado a cruzarte con gente de distintas nacionalidades, con personas vestidas de manera estrafalaria y con todo tipo de personajes.

Pero lo que no es tan habitual es lo que se encontraron los ciudadanos de Pekín hace unos días: un pelotón de hombres occidentales semidesnudos, ataviados como los espartanos de la película 300, que marchaban en formación por las calles. Lamentablemente para ellos, la cosa no acabó como esperaban.

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La puesta en escena se trataba de una acción publicitaria que había organizado Sweetie Salad, un restaurante de ensaladas orgánicas. El objetivo era transmitir una idea de salud exhibiendo a unos cuantos “guerreros” en buena forma. Los actores tenían previsto repartir ensaladas entre los transeúntes para publicitar el restaurante, pero su particular gesta se vio interrumpida antes de tiempo.

Muchos curiosos, como es natural, se congregaron en torno al peculiar ejército y empezaron a sacarles fotos. Sin embargo, parece ser que a las fuerzas del orden no les hizo mucha gracia el asunto y la policía acabó deteniendo a todos los actores, acusados de desórdenes públicos.

Y es que las autoridades chinas no son nada tolerantes con ningún tipo de exhibición nudista pública. No es la primera vez que sucede: hace poco un fotógrafo acabó en el calabozo por retratar a una persona desnuda en la Ciudad Prohibida. Se le acusó nada menos que de “violar los límites de la ética y la moral” y de “faltar al respeto a las reliquias históricas”.

Sweetie Salad ha emitido un comunicado en el que se disculpa por los hechos acaecidos y en el que asegura que ya han aclarado el malentendido con la policía de Pekín. Sin embargo, no se sabe aún si los miembros del grupo tendrán que enfrentarse a algún cargo o serán puestos en libertad. Así es la gran paradoja de China, un país que ya es puntero en muchos ámbitos de la industria y la tecnología y que, sin embargo, tiene una gran asignatura pendiente en materia de ideología y de derechos humanos. Sobre la acción, la verdad es que era una idea divertida y seguro que en otro país habría sido todo un éxito.