El banner que te llevará directo a los cielos

Las campañas publicitarias de las ONGs buscan despertar la solidaridad de la gente para que contribuya a sus causas. Tradicionalmente se ha apelado a la emoción del público a través de imágenes impactantes o conmovedoras. Sin embargo, la nueva campaña de Unicef Suecia se aparta por completo de esta tónica y recurre al sentido del humor para animar a la gente a que pinche en los banners de la ONG, que conducen a una página de donaciones, y ayudar así a enviar suministros médicos a los niños necesitados.

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La original campaña se basa en una serie de vídeos protagonizados por cuatro personajes. Tres de ellos son célebres: nada menos que Jesucristo, Teresa de Calcuta y Ghandi. El cuarto es un joven desconocido de a pie que le dará un toque bastante surrealista a la situación.

El anuncio comienza con una escena que podría parecer el inicio de un chiste: los tres ilustres personajes sentados en torno a una mesa, cenando mientras rememoran los grandes sacrificios que han hecho por el bien de la humanidad. “Así que básicamente te moriste de hambre por el bien de la gente”, felicita la Madre Teresa a Ghandi. “Lo tuyo no está mal, Teresa. Pasaste la mitad de tu vida luchando por los pobres”, le dice Jesús a ella. “Pero tú te sacrificaste por la humanidad”, le contesta Teresa a Jesús.

En ese momento, la cámara revela al cuarto comensal: un joven vestido con una camiseta, entretenido con su teléfono móvil. Jesús le pregunta: “Y tú, ¿cómo has llegado aquí?” A lo que él responde: “Eh… yo simplemente pinché en un banner”. El anuncio termina con el eslogan de la campaña: “Hacer el bien nunca ha sido tan fácil”.

En el segundo vídeo el joven desconocido, tras escuchar la narración de la vida de Jesús, cuenta su propia vida – una vida nada mística, por cierto- y cómo llegó hasta allí gracias a un simple click. El tercer vídeo es aún más cómico: el mismo joven trata de enseñar a Jesús a navegar por Internet, pero éste se equivoca de banner.

Según declaró la portavoz de Unicef Suecia, la intención es mostrar lo que es la bondad de hoy y cómo se pueden salvar vidas de niños sólo con hacer click en un anuncio. La campaña, creación de la agencia Forsman & Bodenfors, está teniendo muy buenas críticas pese a lo arriesgado de hacer humor con personajes tan venerados. El toque de irreverencia se ve compensado por lo entrañable del retrato que hace de ellos.

Los vídeos están siendo todo un éxito en la red, demostrando una vez más que el humor, paradójicamente, también es un arma muy eficaz para la difusión de mensajes serios. Sea como sea, bien a través de la emoción o bien de la risa, es un gran logro que un mensaje solidario llegue a miles de personas.

¿Se pueden comprar cosas con “likes”?
No es la primera vez que Unicef Suecia recurre al humor para promocionar sus acciones. Hace unos meses editaron un vídeo para recordar que las vacunas que se necesitan para salvar a los niños desfavorecidos tienen un coste.

Hoy en día todas las empresas y organizaciones quieren contar con muchos “likes” en las redes. Sin duda es deseable para ellos que indiques que te gusta su página, pero la pregunta que plantea Unicef es “¿qué puedes comprar con eso?” El vídeo muestra un hombre en una tienda de moda que pregunta por el precio de un jersey. La dependiente le responde en coronas, pero él insiste en saber cuántos “likes” cuesta la prenda. El mensaje es claro: hace falta algo más que las simpatías para ayudar en una causa.

La impactante transformación de Inma Cuesta
Hay muchas maneras de impactar a la gente y no todas requieren mostrar imágenes extremas o violentas. Así lo demuestra el anuncio de la campaña navideña de la ONG Manos Unidas, protagonizado por la actriz Inma Cuesta, que plantea una silenciosa pregunta: ¿cómo seríamos si viviéramos en un país azotado por la pobreza?

El spot es muy sencillo y a la vez tremendamente dramático. Durante cincuenta segundos lo único que vemos es el rostro de la actriz en la actualidad y su progresivo deterioro como resultado del hambre y la enfermedad. “La vida pasa para todos, pero no para todos pasa igual” es la sentencia final.