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El nuevo horizonte de Cola Cao, Nocilla, Cuétara o La Piara

Aquí va una historia que probablemente no conozcas: en el año 1940 las familias Ventura y Ferrero fundaron en el popular barrio de Gràcia barcelonés la empresa Nutrexpa, un negocio familiar que poco a poco se convirtió en modelo de buena gestión y multinacional envidiada dentro y fuera de España. Probablemente por este nombre no te suene, pero Nutrexpa alberga marcas tan famosas como Cola Cao, Nocilla, Cuétara o La Piara. (Ahora sí, ¿no?) Por hablar de cifras: en conjunto el grupo emplea a 1.800 personas y facturó 569 millones de euros en 2013.

Pues bien: un nuevo horizonte se prevé para todas ellas, ya que los accionistas de la empresa han decidido partir el grupo en dos. ¿Por qué? Para especializarse, crecer y ganar cuota de mercado. Más aún

A partir de ahora habrá un grupo de cacaos y otro de galletas. El primero agrupará las marcas Cola Cao, Nocilla, Paladín, Okey y Mesura, mientras que el grupo de galletas acogerá marcas líderes como Cuétara o Artiach y además los productos de La Piara, Granja San Francisco, Phoskitos y Aneto.

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La empresa asegura que esta división "no implicará por sí misma un redimensionamiento" de plantilla, ya que todos los empleados actuales pasarán a formar parte de uno de los dos nuevos grupos empresariales.

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La propiedad de Nutrexpa, que desde su fundación había estado compartida por dos grupos empresariales familiares al 50%, también se especializa. La familia Ferrero se queda con el negocio de cacaos y los Ventura estarán al frente del grupo de galletas. En la empresa apuntan que esta decisión también facilitará la incorporación de la tercera generación de accionistas en los órganos de gobierno de cada empresa. La operación será efectiva desde el 1 de enero del 2015.

Hace 25 años Nutrexpa fue pionera en acordar que la gestión del día a día siempre estaría en manos de profesionales externos y que las siguientes generaciones no tendrían cargos ejecutivos en el grupo. Además, en 2007 se acordó que la presidencia rotaría cada cuatro años entre representantes una y otra familia. Pero parece que esta solución no fue del todo eficaz para mantener el grupo unido.

En el mundo empresarial no han faltado críticas al proceso, aludiendo entre bastidores a que el problema de fondo ha sido el excesivo protagonismo de algunos directivos, unido a las presiones de la tercera generación por hacerse un hueco en el grupo. Además, se ha cuestionado la oportunidad de la escisión en un momento en que el grupo disponía de un tamaño y un reconocimiento de marca entre los consumidores que indudablemente ya no serán los mismos una vez dividida la empresa.

Javier Ventura, hasta ahora presidente del grupo, controlaba desde 2007 el 50% de Nutrexpa, mientras que el paquete de los Ferrero estaba repartido entre varios accionistas. Ventura podía tomar decisiones prácticamente en solitario e incluso ceder acciones a sus hijos, algo que probablemente no era bien visto por los demás accionistas.

Cuando llegó a la presidencia del grupo en 2009, Javier Ventura apostó por la diversificación en el negocio de las galletas y seguramente el momento más decisivo fue cuando en 2012 decidió comprar Artiach a Panrico. Quizá no todos los accionistas vieron con buenos ojos aquella compra por tratarse de un salto excesivamente grande para un grupo tradicional y familiar. Ahora será precisamente el grupo de galletas el que quede bajo el mando de Javier Ventura y su familia.

Ambos grupos han reafirmado su vocación de continuidad por separado como empresas familiares y con gestores externos. La clave ahora es saber si cada uno será capaz de mantener en solitario el liderazgo y el reconocimiento de sus grandes marcas y repartir el talento y las redes comerciales y de distribución. Tampoco puede quedar de lado el tamaño, que en este caso sí importa por razones obvias: un pez mediano siempre es más fácil de digerir por una gran multinacional y no hay duda de que ambos grupos tienen marcas muy apetecibles.