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Una silla para convertir la oficina en un gimnasio

Muchas veces, medio en broma medio en serio, decimos aquello de "este trabajo me está matando" sin ser realmente conscientes de la razón que tenemos. La mayoría de las personas que trabajan en oficinas pasan hasta el 90% de su tiempo sentados en una silla, y a más horas sentados, peor salud y más posibilidad de morir prematuramente.

Según un estudio de la Universidad de Sidney (Australia), el sedentarismo es responsable del 6,9% de los fallecimientos. El riesgo aumenta a partir de cuatro horas al día en las que se permanezcamos sentados y se dispara si el tiempo sin actividad supera las 8 horas. Permanecer inactivo mucho tiempo altera la función metabólica y nos sitúa en la diana de los problemas cardiovasculares.

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Por si no fuera suficiente con que la oficina sea uno de los peores enemigos de nuestra salud, muchas veces la ponemos como excusa para no ir al gimnasio. Y es que, claro, el trabajo es lo primero.

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La silla, de enemigo a aliado

Pensando en los que pasan muchas horas al día sentados y no pueden 'desconectar' de sus quehaceres laborales para hacer ejercicio, la compañía Office Gym ha creado un dispositivo para ponerse en forma sin ni siquiera moverse de la silla.

A través de un sistema de cinturones de velcro, Office Gym convierte tu asiento en una completa máquina que permite "ejercicios en tres dimensiones, basados en el principio de rotación" que, además de mejorar la circulación y prevenir accidentes cardiovasculares, ayuda a mantener y desarrollar el tono muscular.

"Como nuestro cuerpo no está diseñado para permanecer ocho horas sentado frente a un ordenador existen herramientas que podemos utilizar para evitar degradar nuestra salud, pero depende de nosotros tomarnos esos minutos diarios para lograr sentirnos mejor", asegura Ulla Hofmann, directora de Office Gym.

Cuidados fáciles

Los expertos afirman que deberíamos hacer algo de ejercicio cada hora u hora y media de trabajo. No hace falta ponernos chándal y zapatillas de deporte, basta con realizar unos minutos de ejercicio con los brazos, levantarnos a charlar brevemente con algún compañero para estirar las piernas e hidratarnos con agua fresca.

Además, es recomendable salir a tomar el aire al menos una vez durante la jornada laboral y, si es posible, bajar y subir de nuevo a la oficina por las escaleras. Este simple ejercicio ayudará a aumentar la circulación sanguínea en las piernas, favoreciendo el retorno venoso desde los miembros inferiores al corazón.

Eso bastará para, por lo menos, no empeorar nuestro estado físico. En total, invertirás menos de 20 minutos, que te ayudarán a sentirte mucho mejor y, además, te costará mucho menos que la suscripción a un gimnasio.

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