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Una casa de 67 millones para una chica de 22 años

A Ekaterina Rybolovleva ya le ha tocado el gordo, Papá Noel y hasta los Reyes Magos. Con 22 años es la propietaria del inmueble más costoso de la historia de la Gran Manzana de Nueva York, y todo por cortesía de su padre para utilizarlo en vacaciones.

El regalo le ha costado a su progenitor, Dmitriy Rybolovlev, la friolera de 67 millones de euros. Se trata de un pequeño capricho de 625 metros cuadrados con vistas a Central Park, 10 habitaciones, 17 armarios y techos de más de cuatro metros de altura. Sin duda, el sitio perfecto para que la niña del multimillonario ruso duerma cuando vaya de visita a Nueva York.

Pero no es la única casa que Ekaterina Rybolovleva deja en su recorrido por el mundo. Antes, la niña mimada de Dmitriy ha vivido durante 15 años en Rusia, país natal donde nació, así como en Mónaco y Suiza. Todo ello por no hablar de otras muchas residencias que su padre va dejando por el camino, como la mansión en Palm Beach (Florida) que adquirió por 72 millones de euros.

Su multimillonario progenitor es uno de los 100 hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes. Ahora, planea hacerse con el AS Mónaco de la Liga francesa por unos 200 millones de euros, emulando a su compatriota Roman Abrámovich. Es apenas una migaja de pan para alguien que acumula un patrimonio de 8.600 millones de euros, una cantidad con la que podría comprar 123 pisos como el de la Gran Manzana o tener más de un centenar de propiedades en medio mundo. Habitaciones de sobra para que su querida hija no duerma en la calle.