Yahoo Finanzas Presupuestos 2013: muchos perdedores y un ganador
El primer objetivo de los Presupuestos del Estado elaborados por el Gobierno: reducir el déficit; el segundo objetivo, que esa cifra de déficit satisfaga a Bruselas; el tercer objetivo, mitigar en lo posible las heridas sociales de la crisis preservando la prestación por desempleo y amarrando una subida testimonial de las pensiones que eviten al PP daños colaterales en las elecciones del mes de octubre. Y de propina, poner puente de plata al aterrizaje de Eurovegas haciendo deducibles fiscalmente las pérdidas en los casinos y permitiendo que los ayuntamientos afectados le eximan de impuestos como el IBI y del IAE.
Poco o nada propone el Gobierno sobre cómo estimular de inmediato la agónica actividad económica y revertir la senda de imparable destrucción de empleo. Rajoy realiza mínimas concesiones a lo que pudiera ser una política expansiva: la única decisión tangible y destacable para estimular la demanda es el nuevo plan para incentivar con 2.000 euros la venta de coches de más de doce años. Pero al mismo tiempo se anula la reducción a las cotizaciones a la Seguridad Social que había anunciado el ejecutivo en julio para incentivar la contratación, según informa Expansión, y aplica un nuevo recorte brutal a la inversión pública, que cae a niveles de hace 15 años.
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Con la actividad económica en caída libre, y el paro superando holgadamente los cinco millones de personas, el Gobierno asume para 2013 una tasa de paro del 24,3% en términos de Encuesta de Población Activa. Supone una contracción de 3 décimas sobre este año, pero se debe fundamentalmente a la bajada en la población activa, es decir, a que se reduce el número de personas sobre la que se calcula la tasa porque muchas se van de España o renuncian a buscar empleo.
Mitigado el impacto social de los ajustes, y bajo el corsé de Bruselas y del Banco Central Europeo, la propuesta de crecimiento del Gobierno se limita a una batería de nuevas leyes y decretos para liberalizar y hacer más competitivo el país. Medidas bien intencionadas, y muchas de ellas necesarias, pero cuyos frutos deberían recogerse a medio plazo. Demasiado lejos, señores del Gobierno.
Cabe destacar dentro de esa Agenda de Reformas que reclamaba Bruselas: la culminación de la reconversión de la banca, el desarrollo de la reforma laboral mediante la revisión de la formación profesional, nuevas medidas de racionalización de las Administraciones Públicas; el fomento de la unidad de mercado; nuevas facilidades para los emprendedores, medidas de liberalización en los sectores energético, de servicios y de telecomunicaciones y supresión de exigencias de colegiación y de barreras corporativistas para emprender negocios.
En definitiva, estos presupuestos solo tienen como prioridad cumplir los objetivos de déficit (6,3% en 2012 y 4,5% en 2013), y se apoyan más para conseguirlo en un recorte de gastos, el cual soporta el 58% del ajuste frente al 44% en 2012, que en el incremento de los ingresos (42% en 2013 frente a 56% en 2012). Un repunte que se produce mediante la subida o creación de algunos impuestos nuevos. Este Gobierno del PP, el que más ha subido los impuestos en democracia, ofrece con estos presupuestos pocas perspectivas personales y profesionales en 2013 a millones de personas. Una lástima.
