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Diez pistas para descubrir si tienes un buen jefe

¿Qué características tiene un buen jefe? Aunque parezca difícil hacer el retrato robot del gerente perfecto, los españoles lo tienen claro: a tres de cada cuatro trabajadores de nuestro país les gustaría tener por encima a una persona que les ayudase a crecer profesionalmente.

Así lo recoge una encuesta elaborada por la empresa de recursos humanos Randstad, en la que el 63% de los trabajadores con estudios universitarios asegura preferir un jefe que les aporte el conocimiento necesario para mejorar profesionalmente. Por el contrario, solo tres de cada diez profesionales sin estudios elige la opción de tener un superior del que poder aprender.

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El sondeo también enumera las cualidades que más valoran los trabajadores de sus jefes. Un 28% demanda respeto, mientras que un 22% prefiere tener una comunicación fluida y directa. Por otro lado, un 19% asegura que el trabajo en equipo debe de ser una prioridad para su superior, mientras que la cercanía y la implicación es lo más importante para un 16% y un 15%, respectivamente.

Para el buen funcionamiento de una compañía siempre es importante la gestión de un buen líder, y más durante la actual situación económica. Por eso, desde Yahoo! Finanzas te enumeramos el decálogo que debería seguir un jefe extraordinario:

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1.- La empresa es un ecosistema, no un campo de batalla
La mayoría de los responsables suele crear conflictos, de manera consciente o involuntaria, entre empresas, departamentos o grupos de trabajo. Trata de convencer a los suyos de la necesidad de 'luchar' para salir vencedores. Los subordinados son sus 'tropas'; las empresas de la competencia, el 'enemigo'; y los clientes, el 'territorio a conquistar'. Error, y grave.

Los buenos jefes ven los negocios como una simbiosis. Crean equipos multidisciplinares para que se adapten fácilmente a nuevos mercados. Además, buscan alianzas con otras empresas y clientes, e incluso competidores, para fortalecer su posición en el mercado.

2.- Promover la creatividad
¿Cómo pueden empresas, organizaciones y profesionales afrontar los constantes desafíos y un escenario de cambios permanentes? Sencillamente, siendo innovadores. Atrás quedaron las doradas épocas en que solo contaba producir más y tener mejores precios. Ahora es necesario llamar la atención de los clientes. Y, ¿cómo se cómo lo consigue un buen líder? A través de la creatividad.

Crear es generar algo nuevo, y las organizaciones modernas necesitan hacerlo a diario: nuevos productos y servicios, formas diferentes de llegar al cliente, estrategias novedosas de venta, diseños de vanguardia… Por eso un gran jefe no teme afrontar desafíos, posee iniciativa y capacidad de innovar, está informado de las últimas tendencias y se muestra partidario de la formación continua.

3.- Una empresa es una comunidad, no una máquina
¿Cuántas veces hemos oído hablar a nuestro superior de nuestra compañía como si fuera una máquina perfectamente encajada con los empleados como engranajes? Estos jefes crean estructuras rígidas, con normas rígidas, y tratan de mantener el control 'tirando del freno de mano', llegada la ocasión. Mal.

Los líderes empresariales de verdad ven a su empresa como una colección de esperanzas y sueños individuales, todos conectados a un mismo propósito. Inspiran a sus subordinados a dedicarse al éxito de sus compañeros, de la comunidad, y de la empresa en general.

4.- La empatía es una necesidad
Sociable, buen comunicador y carismático, un buen responsable se compenetra emocionalmente con los demás, adaptándose a sus interlocutores en el modo y en la forma en que prefieren ser tratados. Valora y respeta las opiniones y sentimientos ajenos, a la vez que promueve un diálogo abierto y sincero.

El verdadero líder no impone, convence; no ordena, dialoga; y no se enfrenta, busca la cooperación. Para ello, debe escuchar mucho más que hablar. Debe actuar con generosidad para cosechar de los demás en idéntica moneda.

5.- El control excesivo es contraproducente

Muchos gestores quieren que sus empleados hagan exactamente lo que se les dice, ni más ni menos. Cualquier actitud distinta es considerada como una insubordinación, y castigada. Sin embargo, los jefes a imitar establecen unas directrices generales y luego dan libertad a los trabajadores para hacer el trabajo. Permiten a sus equipos crear sus propias reglas y solo interviene en casos de emergencia.

6.- Mis empleados son mis pares, no mis hijos
Es bastante habitual que los responsables de área vean a sus empleados como seres inferiores, inmaduros, en los que no se puede confiar sin una estricta supervisión, como la de un padre sobre sus hijos. Esta actitud lleva a los empleados a gastar energías en mantenerse permanentemente ocupados, aunque sea en tareas menores, para cubrir el expediente.

Los mejores gestores de capital humano tratan a cada trabajador como si fuera la persona más importante en la empresa. Se espera la excelencia en todas partes, desde la plataforma de carga hasta la sala de juntas. Como resultado, los empleados de todos los niveles son los responsables últimos de sus propios destinos.

7.- La motivación viene del proyecto, no del miedo
En la alta dirección de muchas empresas se ha instalado la idea equivocada de que el miedo a ser despedidos, al ridículo o a la pérdida de privilegios es la fórmula perfecta para motivar a la gente. Sin embargo, lo único que se consigue es tener una plantilla paralizada e incapaz de tomar decisiones arriesgadas.

Para una mejor gestión, los jefes de área deben inspirar a la gente a ver un futuro mejor y cómo van a formar parte de él. Como resultado, los empleados trabajarán más duro porque creen en los objetivos de la organización, disfrutan realmente de lo que están haciendo y, por supuesto, saben que van a compartir la recompensa.

8.- Cambio es igual a crecimiento
La mayoría de los jefes tiene miedo a los cambios, los asocian con situaciones críticas y solo apuestan por ellos cuando están desesperados. Por el contrario, un buen gestor sabe que el cambio supone una evolución.

9.- La tecnología es el medio, no el fin
Una empresa excesivamente automatizada es una empresa deshumanizada. Un jefe con visión de negocio interpreta la tecnología como un medio para liberar a sus empleados de tareas tediosas y facilitarles el tiempo suficiente para ser creativos y mejorar sus relaciones.

10.- El trabajo debe ser divertido

"El trabajo es, en el mejor de los casos, un mal necesario". Eso es lo que dicen los responsables que no saben motivar a sus equipos, a los que contemplan como víctimas. Un gran jefe consigue que trabajar sea una actividad placentera.
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