Los anuncios de whisky también pueden hacer llorar
Dicen que los buenos creativos son los que consiguen contar historias que lleguen al espectador independientemente del producto que anuncien. Aplicando esa teoría lo justo es felicitar a la agencia sudafricana King James, autora de uno de los spots que más está dando que hablar en la red.
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Su cliente es la marca de whisky Bell’s, y el reto que tenían delante era transmitir que es la bebida perfecta para celebrar una ocasión especial. Su manera de hacerlo ha sido apostando por uno de los recursos más complicados en publicidad: emocionar al espectador.
El anuncio arranca mostrando a un entrañable anciano comprando lápices y cuadernos de escritura en una tienda. A primera vista podría pensarse que son para algún nieto, pero pronto se descubre que son para él. El protagonista no sabe ni leer ni escribir, pero ha decidido aprender pese a su avanzada edad.
El vídeo va contando sus esfuerzos por ir progresando poco a poco, cómo le ayudan sus amigos y la satisfacción que le produce ir superando retos que antes le parecían imposibles. Finalmente se desvela el motivo principal por el que el protagonista había luchado tanto: quería leer el libro que había escrito su hijo, un conocido escritor.
Como es normal, el momento más emotivo del spot es cuando el padre le cuenta a su hijo que ha leído su libro ante su mirada de sorpresa y orgullo. La noticia se celebra brindando con un whisky Bell’s, cumpliendo así con el encargo de la marca y justificando la presencia del producto en una historia que de por sí tiene vida propia.
El anuncio está acaparando muy buenas críticas de los usuarios, y se ha convertido en el típico contenido que se difunde a través de las redes sociales como un tesoro desconocido que se desea compartir. Misión cumplida.